Una cátedra para saber sobre Quito
La ‘Carita de Dios’ tiene nuevos desafíos. Uno de ellos es trabajar en mesas de debate, con participación de toda la sociedad y no exclusivamente con los profesores, para diseñar colectivamente y ejecutar una nueva propuesta de currículo, especialmente en Estudios Sociales, y que no excluya a las otras áreas de estudio.
Antecedentes
La idea no es nueva. En septiembre de 2001 se elaboró el libro ‘Cátedra de la Ciudad/Educación ciudadana’, 4° a 7° año de Educación Básica, con la intervención de varios actores: el DM de Quito, Unicef y Grupo Santillana, cuando ejerció la Alcaldía el general Paco Moncayo.
El propósito de esta publicación, según el mencionado burgomaestre, fue “enfrentar los retos de la formación ciudadana, con la inserción curricular de la Cátedra de la Ciudad, que se fundamenta en el conocimiento y ejercicio de los derechos políticos, económicos, sociales, culturales y colectivos”.
Fue, en verdad, una propuesta innovadora que, intentó “consolidar las bases de la nueva educación, para dar mayor consistencia y calidad a la formación ciudadana”.
Evaluación y propuesta
Sería interesante saber qué sucedió entre 2001 y 2016 con la aplicación de este valioso instrumento de educación ciudadana, que comprendió 21 lecciones de trabajo, “dirigido al mejoramiento de los procesos de desarrollo local”.
Con la evaluación sería procedente delinear un nuevo proyecto -la Catedra de la quiteñidad-, sobre la base de los nuevos retos y escenarios, de cara a un plan educativo y cívico integral, que cubra el período 2016-2025.
Metrópoli
Quito ya no es la ciudad conventual de antaño. Es una metrópoli con más de dos millones de habitantes que mira hacia la modernidad, pero mantiene intactas sus tradiciones. Su condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad le da a Quito carácter y vigencia, especialmente su Centro Histórico, que en un futuro próximo deberá ser totalmente peatonalizado.
Quiteñidad
Es un concepto amplio y diverso. Amplio porque Quito es una ciudad cosmopolita, capital del Ecuador, porque en ella residen quiteños (residentes en Quito) y no quiteños -conocidos como chagras- y de otras latitudes (cubanos, haitianos, venezolanos y colombianos, entre otras nacionalidades). Y diverso porque es un variopinto escenario de paisajes humanos, históricos y geográficos, que antes era calificado como un ‘fideo’, desde la Mitad del Mundo hasta Turubamba, y hoy es descrito por los especialistas como una ‘mano’, incluido los valles.
La quiteñidad es un concepto intercultural, que implica arraigo, pertenencia, unidad en la diversidad, inclusión, búsqueda y encuentro de seres y pareceres de diverso tipo. No es -con todo respeto- un patrimonio de los arquitectos y urbanistas, tampoco de los políticos y economistas. La quiteñidad es un espacio plural de los ciudadanos y ciudadanas -todos mestizos- que vivimos en esta hermosa tierra ecuatorial, donde tenemos nuestros hogares, nuestros trabajos y nuestros sueños.
¿La Catedra de la quiteñidad será otro sueño?
