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Futbolero
13 de diciembre de 2017 10:25

El boxeo vuelve a La Marín

Maximiliano James está listo para intercambiar golpes con el colombiano Joseph Perea. Foto: Armando Prado / ÚN

Maximiliano James está listo para intercambiar golpes con el colombiano Joseph Perea. Foto: Armando Prado / ÚN

Redacción Deportes

Maximiliano James dice que el deporte de los puños le ha enseñado valores y que no puede andar por la cancha repartiendo puñetes en caso de conflictos.

“Yo soy un tipo tranquilo. Es más, hay gente que cuando me ve me dice: ni parece que eres boxeador. Lo mío es evitar los problemas, vivir mi vida. Yo solo estoy preparado para defenderme. Ah, pero eso sí cambia cuando entro al ring. Ahí me transformo, debo salir a golpear y a ganar”, cuenta el treintón pugilista que organiza una noche de box para este viernes 15 de diciembre del 2017 (20:00) en La Marín.

Al igual que antaño, el coliseo Julio César Hidalgo abre sus puertas para los fanáticos del deporte de las narices chatas. ‘Maxi’ se las verá con el colombiano Joseph Perea en una pelea válida por el peso welter (146 libras).

El ‘Parcero’ como se lo conoce al colombiano es un boxeador que viene invicto y que no ha recibido mayor castigo en sus combates. “Pero esa historia se acaba el viernes”, le dice James a ÚLTIMAS, mientras exhibe una mueca de sonrisa.

La pelea irá a diez rounds. Aunque no revela su estrategia, el deportista tricolor afirma que ya tiene estudiados los movimientos del colombiano, sabe qué manos le duelen más y tiene lista la estrategia para imponerse.

“No es una pelea de título internacional, pero puede ser el comienzo para armar un camino en pos de más gloria”, dice el boxeador que es entrenado por su padre René James.

El entrenador argentino es un histórico de este deporte. En la década de 1990 estuvo con Segundo Mercado en la época de gloria de ‘La Abispa’. Con James en la esquina, Mercado peleó contra Bernard Hopkins en la recordada pelea que congregó a

15 000 personas en el coliseo Rumiñahui, el 17 de diciembre de 1994.
James padre se encarga de todo el trámite logístico para la velada del viernes en La Marín. El púgil no descuida sus entrenamientos que pueden tomarle hasta cinco horas de un día. También va por los medios de comunicación difundiendo su pelea con una vieja maletita negra en el hombro.