Café, canelazos y sánduches para las barras de las candidatas
Más de 300 personas disfrutaron por televisión de la gala de la elección de la Reina de Quito, el 24 de noviembre del 2016. Mientras transcurría el concurso de la Reina de Quito dentro del Teatro Sucre, los cantos de aliento para las candidatas se mezclaron con la publicidad del Municipio.
Todo el espacio de la Plaza del Teatro se puso a disposición de los amigos y familiares de las 10 candidatas, quienes ingresaron por uno de los extremos para ubicarse en unas sillas al interior de las carpas. El tradicional café de la Plaza ofrecía café, canelazo, aguas aromáticas y snacks en un extremo mientras que en el otro, el monumento de Ernesto Albán era un testigo inmóvil de la algarabía.
Durante el inicio de la gala, mientras en el interior del teatro todo se ponía en orden, la Banda Municipal alternaba sus canciones junto con segmentos de promoción del Cabildo que sonaban en dos altoparlantes. Nadie se dio cuenta que a un costado de la plaza, a la altura de la calle Manabí, el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, ingresó a las 20:20 acompañado de su esposa, María Fernanda Pacheco. Simultánemente llegaron otras personalidades entre ellos Jefferson Pérez -uno de los jueces-, Karla Kanora, Diego Oquendo, entre otros.
Una pantalla gigante transmitió el inicio del evento y las barras más ruidosas no se hicieron esperar. Con globos, sombreros, cintas de cabello y pancartas coreaban los distintos nombres de las aspirantes a la corona quiteña.
Las de Sarah Garcés, Gabriela Jiménez, Estefanía Ulloa, Jessica Canchig fueron las barras más numerosas, y las de Lizbeth Mejía y Jazmín Ramiéz hicieron mucho ruido.
Al final de la elección hubo aplausos para Angie Vergara la reina saliente. Minutos después de la elección de Sarah Garcés, como la nueva soberana quiteña, los integrantes de las barras se fueron contentos.
Los familiares y amigos esperaron a las excandidatas para felicitarlas, mientras otro grupo abordaba los taxis en la calle Guayaquil al finalizar la jornada.