El Sol de Oro de La Tolita es verdadero
Que hace fechas lo robaron, que la pieza más valiosa del arte precolombino del Ecuador era una falsificación… Un montón de dudas y cuestionamientos recayó sobre la autenticidad del Sol de Oro de la Cultura La Tolita.
Para acallar tanto comentario en las redes sociales, el pasado 13 de abril, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) decidió hacer una serie de análisis de composición química de la obra.
El resultado confirmó que todo lo dicho fueron puros rumores. Y se determinó su originalidad y la composición del bien elaborado en oro, pero también en plata, platino y cobre.
El análisis coincidió con los estudios físico-nucleares realizados en el Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia, allá por el año 2002. En aquella investigación colaboró el arqueólogo ecuatoriano Francisco Valdez.
La Cultura La Tolita floreció en la provincia de Esmeraldas, entre los años 400 antes de Cristo (a.C) y 400 de esta era (d.C), y su gran sol de oro fue adquirido por el Banco Central al coleccionista Max Konanz, en 1959.
Antes, por la década de 1930, la valiosa pieza que muestra un rostro antropomorfo rodeado por 44 hilos zigzagueantes que terminan en forma de una culebra estaba bajo la custodia de Antonio Urdiales, quien lo vendió al suizo Konanz, por 1 500 sucres.
Actualmente, el valioso objeto permanece en la Reserva Arqueológica del Ministerio de Cultura y Patrimonio, un lugar que cumple con las normas técnicas dispuestas por la Unesco para conservar y salvaguardar los bienes culturales del patrimonio nacional.
De ahora en más, el Sol de Oro formará parte de la exhibición arqueológica del nuevo Museo Nacional, cuya inauguración está anunciada para el próximo 18 de mayo, fecha en la que se celebra el Día Internacional de los Museos.
