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31 de mayo de 2018 06:44

Tienen el vehículo, no los cuerpos

Ricardo Rivas (centro) y Christian Segarra (der.) mientras reciben la camioneta que transportó al equipo de EL COMERCIO. Foto: Eduardo Terán / ÚN

Ricardo Rivas (centro) y Christian Segarra (der.) mientras reciben la camioneta que transportó al equipo de EL COMERCIO. Foto: Eduardo Terán / ÚN

Redacción Últimas Noticias

"Todavía no puedo creer que solo reciba la camioneta y que mi padre no esté aquí”, exclamó Cristian Segarra, luego de recibir la camioneta MazdaBT 50 azul, propiedad de su progenitor, Efraín Segarra, quien junto a Javier Ortega y Paúl Rivas, miembros del equipo periodístico de EL COMERCIO que fueron secuestrados en Mataje el pasado 26 de marzo, y posteriormente fueran asesinados.

En medio de un silencioso sollozo, Segarra se acercó al vehículo empolvado, que se encontraba retenido en un patio vehicular de la Policía Judicial, en el norte de Quito.

Lo revisó por fuera y logró abrir el vehículo con una llave que su padre había ocultado en el guarda fango. Para Segarra, fue un momento doloroso sentarse en asiento de su padre.

“Tengo la imagen de mi padre y se me vienen tantos recuerdos de él, de las coberturas que hicimos, de mis amigos...”, rememoró.

El vehículo fue subido a una plataforma para trasladarlo a la Tribuna de Los Shryris, desde donde partió una caravana que llegó a Grupo EL COMERCIO, en el sur de la ciudad, en donde fue recibida en medio de lágrimas y arengas con el lema ‘Nadie se cansa’.

El automotor se encontraba retenido en un patio vehicular de la Policía Judicial, en Calderón, desde el 20 de abril cuando fue rescatado desde Mataje.

En esa parroquia fronteriza con Colombia se produjo el secuestro y 18 días más tarde se confirmó el asesinato del equipo periodístico a manos de un grupo disidente de las FARC.

Para Christian Segarra, la movilización del miércoles 30 de mayo del 2018 sirvió para protestar porque los cuerpos del equipo periódico no han retornado aún al Ecuador. “Después de dos meses se recibe un cosa física, pero los cuerpos aún siguen allá”, explicó.