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16 de agosto de 2022 18:00

Peques y mamitas que no comen bien, preocupan

Las visitas mensuales en casa son para hacer seguimientos de los casos. Foto: cortesía Secretaría de Salud

Les dan consejos para potabilizar el agua y elaborar huertos orgánicos. Foto: cortesía Secretaría de Salud

Karen Madrid

Cerca de 152 familias, con pequeños menores de 5 años y mujeres en gestación, tienen malnutrición en la capital.

El equipo de nutricionistas comunitarios de la Secretaría de Salud registró ese número entre el 2021 y lo que va del 2022.

Frente a ello, tomaron cartas en el asunto para hacer frente a la problemática.
Así, por ejemplo, los profesionales hacen visitas mensuales a las familias en cada uno de sus hogares.

Les toman los signos vitales y las medidas antropométricas como peso, talla, perímetros corporales; miden la hemoglobina, glucosa. Y, por supuesto, les brindan información acerca de nutrición y seguridad alimentaria.

La idea es educar justamente a las familias sobre la importancia del consumo de alimentos libres de químicos y el correcto tratamiento del agua para el uso diario.

Rosa Morocho es la abuelita de dos pequeños, uno de 4 años y otro de 4 meses que tienen desnutrición. Ella está a cargo de los menores y es parte de este programa que les orienta en su alimentación.

Y es que también les enseñan a separar desechos orgánicos e inorgánicos para su respectivo reciclaje.

Les dan consejos para potabilizar el agua y elaborar huertos orgánicos. Foto: cortesía Secretaría de Salud

Las visitas mensuales en casa son para hacer seguimientos de los casos. Foto: cortesía Secretaría de Salud


Porque verá que la malnutrición es multicausal. Tiene que ver con el acceso a la canasta básica, la frecuencia de consumo de comida y hasta la práctica de actividad física. Pero también está relacionada con la ingesta de agua.

“Hay quienes no tienen agua potable. Y si esta está contaminada, nuestros niños pueden tener desnutrición crónica”, señala Gabriela Oviedo, quien es parte del equipo técnico, que creó un protocolo de tratamiento del líquido vital, sencillo de aplicar y que se ajusta al bolsillo de cualquier persona.

Esta guía consiste en chequear la fuente de agua para consumo habitual, como grifo de la cocina, agua de lluvia, tanque, etc.

Luego se verifican las características físicas del agua; es decir, transparencia o presencia de contaminantes que puedan ser perjudiciales para el organismo.

Entonces se hace una capacitación sobre el método de hervido y de cloración del agua. También se guía en la correcta forma de almacenamiento y manipulación del líquido.

La Secretaría de Salud busca que, con la aplicación permanente de este protocolo casero, se reduzcan las enfermedades infecciosas causadas por parásitos, que afectan sobre todo a los guaguas.

Para dar seguimiento, tanto del estado nutricional de las familias como para la aplicación del protocolo de agua segura, los equipos especializados hacen las visitas periódicas.

“Cuando identificamos riesgos de salud severos, lo que hacemos es referenciarles a nuestras unidades de salud o clínicas para que les atiendan de manera más profunda”, agrega Oviedo.