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2014-07-20 16:29:19

Voluntarios al ataque

LosLos ju00f3venes de Fundaciu00f3n Telefu00f3nica trabajan en la implementaciu00f3n de una radio comunitaria en el sur. Los voluntarios comparten tiempo con los niu00f1os. Foto: UN
Santiago Ponce

Al verano se lo asocia con tiempo para relajarse. Sin embargo, hay extranjeros que aprovechan las vacaciones para ayudar en proyectos de desarrollo social.Trece voluntarios de la Fundación Telefónica llegaron a la ciudad para ayudar en la implementación de una cabina de radio comunitaria.

Ellos, además, impartirán clases de arte y pintarán un mural en el centro de desarrollo integral juvenil de la Fundación Tierra Nueva.

En el sur de Quito, a lado del hospital Un Canto a la Vida, los extranjeros que provienen de trece países iberoamericanos, esbozan el mural en uno de los salones de este proyecto.

Coraline Sequier, de 25 años, viene de Francia. Durante dos semanas donará su tiempo para adecuar la cabina de radio.

Me encanta saber que puedo ayudar a los demás.

Ella se muestra fascinada por la ayuda que prestan los niños de diferentes escuelas del sector. Me encantan sus sonrisas, creo que hago algo útil.

Junto a Coraline está la joven española Sonia Villar que se encarga de pintar varias cubetas de huevos que servirán como aislante de sonido de esta cabina.

Los voluntarios estarán dos semanas en Quito y, posteriormente, cumplirán actividades comunitarias en Cotopaxi y en Manabí. Este proyecto de Telefónica se llama Vacaciones Solidarias y consiste en que los diferentes voluntarios que trabajan en la empresa viajen a otros países para hacer obra social. También en el sur, en el Centro de Desarrollo Juvenil Leonidas Proaño, está Christine Singer, de Alemania.

Esta joven de 19 años vino el anterior verano a Quito para ayudar.

Su llegada al país fue coordinada por la arquidiócesis de Munich. Su labor con los jóvenes consistió en organizar encuentros de jóvenes católicos.

Su cercanía con la realidad ecuatoriana la hace sentir como una compatriota más.

Un chico no puede creer que me vaya, acá dejo mi familia, mis amigos, mi novio, comenta.

El voluntariado supera a cualquier vacacional, dice Christine que este verano regresa a Alemania con una experiencia inolvidable y con cientos de anécdotas que contar.