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2014-09-01 06:24:02

El fuego consumió su casa

LaLa familia Mantilla perdiu00f3 los enseres de su vivienda. Los u00e1rboles de eucalipto que quedan frente a su casa tambiu00e9n se quemaron. Foto: Eduardo Teru00e1n / u00daN.
Diana Chamorro

Susana Mantilla junto a sus tres hijos están durmiendo desde hace dos días en casa de sus familiares. Su casa se quemó en el incendio forestal del Auqui, el sábado 30 de agosto del 2014.Ella junto a sus hijos (23, 26 y 28 años) regresaron ayer a su hogar para ver si había quedado algo. Su casa es de bloque y el techo era de madera. Este fue alcanzado por el fuego.

Todo estaba cubierto de hollín: camas, ropa, la televisión... Igual que las plantas que tenía. Sus ojos se humedecían al ver que no pudo salvar nada.

Esta es la única ropa que tenemos. Si habría estado alguien... talvez algo hubiéramos salvado, dijo Mantilla.

Ella estaba trabajando en la peluquería, cuando sucedió todo. Recibió una llamada de un vecino y su hijo se trasladó de inmediato.

Pero el cierre de la av. Simón Bolívar, le impidió llegar a tiempo.

Susana vive desde hace dos años en este sector conocido como el barrio Buenos Aires, en el Auqui.

Aún estamos acabando de pagar el terreno que nos compramos, comentó con pena Mantilla.

Cuando ella se mudó a esta zona, lo primero que pensó fue disfrutar de la naturaleza.

Lo que más me gustaba de vivir aquí era que apenas salía podía respirar el olor de los eucaliptos, los cuales se encuentran a pocos pasos de su cerramiento.

Ayer, 31 de agosto del 2014, al mediodía la familia esperaba el arribo de una camioneta del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).

Les habían indicado que llegaría con algunos enseres, como colchones, una cocina de cuatro quemadores, víveres y objetos de aseo para los cuatro.

Además de la de Susana, hay cinco familias afectadas por el incendio. Estas casas estuvieron a poco de ser consumidas por las llamas.

La intervención oportuna de cuatro habitantes de las viviendas impidió que el drama que ahora vive Susana se repitiera. A ellos, el MIES les entregó una dotación de alimentos y de aseo.

Cristina Wisum, una de las afectadas, contó que ayer debieron dormir 'con un ojo abierto' porque temían que el incendio forestal se reactivara por la noche y debieran salir de sus casas.

Redacción Quito

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