Pidieron perdón y se salvaron

La jueza les planteó dos condiciones para no mandarlos presos: pagar USD 300 a los afectados y pedirles disculpas.En una audiencia de juicio directo, realizada ayer en la Unidad de Flagrancia, las víctimas y los agresores lograron algo que pocas veces se ve: un acuerdo de conciliación.

Lo hago porque yo también soy padre y entiendo el dolor de las familias, dijo el papá de uno de los afectados, menor de edad.El adolescente contó que el 13 de agosto, en el sector de El Condado (norte), unos jóvenes le robaron su celular luego de que amenazaran a su primo y a él con una navaja. Nos pidieron un dólar, pero como no tenía arrinconaron a mi primo y le dijeron que le apuñalarían si no le daba la plata, contó.

El joven aseguró que les ofreció su teléfono a cambio de que no le hicieran daño. Minutos más tarde, denunciaron el robo a un motorizado de la Policía que pasaba por ahí. Según contaron, se subieron a las motos para buscar a quienes los atacaron. Unas cuadras más adelante los apresaron y después de una audiencia de Flagrancia los llevaron al Centro de Detención Provisional (CDP).

El tiempo que estuve en la cárcel me sirvió para reflexionar, para darme cuenta que estaba por el mal camino. Les pido que me perdonen y les agradezco por darme esta oportunidad, dijo ayer, en el juicio, uno de los detenidos.

Se trata de un joven de 19 años, sin antecedentes penales. Esto sirvió para que la Fiscal también permitiera el acuerdo. Se trata de restaurar a las víctimas con la mínima intervención para los procesados, comentó la funcionaria.

Espero que les sirva de lección, que dejen de hacer esas cosas y aprovechen esta oportunidad, les indicó a los implicados la madre de la otra víctima del robo.

La jueza permitió que los dos menores de edad ingresen a la sala para que los detenidos les pidan disculpas públicas. Estoy conforme con que queden libres. Todos podemos cometer errores y ellos parece que quieren rectificar, dijo uno de los asaltados; el otro también aceptó el acuerdo.

Gracias por ayudarnos, les prometo que esto no volverá a pasar, dijo uno de los detenidos. Luego de entregar los USD 300 y firmar unos papeles, a los jóvenes se les retiró las esposas.

Redacción Quito (I)

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