Cumandá luce desolado

Los moradores de los barrios aledaños al parque Cumandá, en el centro, se quedaron sin su espacio de recreación favorito.Los vecinos que viven en Luluncoto, Cumandá, La Ronda y la Loma Grande modificaron sus rutinas de entrenamiento. Luego del cierre del edificio del pasado martes.

Francisco Reinoso, morador de la Loma Grande, acudía a esta área recreativa para hacer aeróbicos y trotar. Pero ayer, solo hizo la segunda actividad. Para este morador que vive frente al parque, el cierre del edificio por daños en las instalaciones no fue una novedad. Considera que la obra fue hecha al apuro durante la época de elecciones.

El parque fue inaugurado en enero pasado, pero se restringió el acceso al edificio desde el martes, porque se registraron filtraciones. Las áreas afectadas fueron las salas de gimnasio, bailoterapia, pimpón y duchas. Se realiza mantenimiento.

Mientras dure la intervención, los usuarios pueden visitar el área externa: senderos, muro de escalada, cancha de césped sintético, pileta y máquinas de gimnasio para ejercitarse al aire libre. A pesar de esto, el fin de semana en la mañana se identificó a alrededor de 30 personas por día.

El parqueadero público también lució vacío, de las 108 plazas disponibles, ayer, a las 10:00 solo habían tres carros estacionados. Pese a esto Hugo Fuertes, usuario frecuente del gimnasio, buscó una alternativa para ejercitarse. Utilizó las máquinas, corrió e hizo flexiones de pecho en el espacio verde.

Erick Díaz, morador de Luluncoto, quien iba de martes a domingo para entrenar también en el gimnasio y hacer bailoterapia, decidió buscar otro parque cerca del barrio para recrearse. No tiene para costear un gimnasio. En el Cumandá pagaba 50 centavos la hora, de cada actividad.

Redacción Quito (I)

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