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2014-10-20 21:38:51

Lo que el agua se llevó..

LaLa casa estu00e1 ubicada en las escalinatas de la calle Carlos u00c1lvarez. Foto: Eduardo Teru00e1n / u00daN

Miriam Pazmiño vivió el susto de su vida la tarde del domingo en su casa, en el barrio de La Ferroviaria, sur de Quito. Ella ha vivido por nueve años en aquella propiedad y nunca le había pasado nada grave, hasta que cayó un aguacero inclemente.Se trata de una casa familiar heredada, con más de 38 años de construcción y en la cual viven cuatro familias. Está ubicada en las escalinatas de la calle Carlos Álvarez. Ni los últimos temblores registrados en la capital le movieron el piso a Pazmiño. Pero, la lluvia acabó con todo lo que tenía.

Sentí como que se abrió la tierra, dijo. El sonido que se produjo a las 04:45 fue como cuando una cortina se rompe, señaló. Entró a la cocina y vio que una parte de la pared se había ido. Y la mitad del baño desapareció. Yo estaba adentro. No me di cuenta, indicó Pazmiño.

De acuerdo con ella, no solo la lluvia pudo haber producido el deslave. También pudo influir la presencia de árboles y un tubo de regadío que se encuentran en la casa contigua.

Los comentarios que se escuchan es que el vecino de arriba puso unos árboles. Nosotros le pedimos que por favor pusiera una pared ahí porque ahí filtra el agua cuando llueve y eso no se seca. Con la lluvia se vino todo para abajo, dijo Pazmiño.

La propietaria de la casa vive con sus dos hijas. Afortunadamente nadie resultó herido: una había salido para hacer un trabajo y la otra hija estaba donde su abuela. La ayuda llegó un poco tarde, comenta Pazmiño.

Los bomberos entraron a ayudarme pero cuando estábamos ya terminando. Además, le indicaron que el deslave se produjo por un problema de filtración de agua y que debía ir a poner la denuncia en el Municipio.

A todo este drama se sumó el combate a la delincuencia. No solo que en el deslave perdieron gran parte de sus bienes, la familia tuvo que cuidar lo poco que les quedaba. Tocó hacer guardia toda la noche. Poner un reflector y estar haciendo turno toda la noche con el perro, contó Pazmiño.

Redacción Quito (I)

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