El invierno sí da miedo

Las zonas altas de la ciudad de Esmeraldas se enfrentan otra vez a un riesgo conocido: los deslizamientos, que son muy frecuentes en esta época de invierno.Ese fue el diagnóstico del Municipio y de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. El material arcilloso pierde estabilidad y pone en peligro a cientos de familias de las laderas.

Por ejemplo, están los barrios 28 de Julio, Cóndor Mirador, La Colectiva, Mina de Piedra y Brisas del Mar. Solo en el barrio 28 de Julio y La Colectiva, hay 80 familias en riesgo.

El Municipio y la Unidad de Movilidad Humana realizan un censo, pues hay extranjeros en situación de movilidad que se ubicaron en esa área para vivir. Dora Trejo espera su traslado.

Eso dependerá del censo, dice Rubén Perea, presidente de la Comisión de Riesgos de Municipio. En cambio en Mina de Piedra, un poco más al sur de la ciudad, una quebrada se desliza gradualmente y puede afectar a 20 familias y la vía de ingreso.

En Cóndor Mirador, en el Valle de San Rafael, un informe de la Secretaría determinó que se debe reubicar a 69 familias.

El 12% (20 000) de la población esmeraldeña es vulnerable a inundaciones y deslizamientos, según la estrategia de adecuación al cambio climático del 2011.

Nueva Esperanza Norte es otro barrio en riesgo. 150 familias deben ser reubicadas, porque es una zona propensa a inundaciones con la crecida del río Esmeraldas.

En Tacusa, una población costera de la parroquia Camarones, 11 familias están en peligro. El mar cubrió 60 metros de playa y amenaza a la comunidad.

Marcel Bonilla

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