Diez años sin su piscina

Era el lugar para los festejos y donde los más pequeños aprendían a nadar. La piscina municipal de Pomasqui fue durante más de 70 años el corazón de la parroquia. Era el hogar de los chapuzones y de las carcajadas. Pero desde hace casi 10 años se silenció.El lugar permanece con candado. La piscina grande está vacía. Solo un par de palomas caminan entre los adoquines, palos y plástico, en medio de lo que fue la alberca.

Algunos pomasqueños, los más pequeños, no saben que detrás del muro de cemento que bordea el complejo hay una piscina. El deterioro del lugar es un problema viejo. Los tres últimos presidentes de la Junta Parroquial han tenido que lidiar con él.

Hasta el gobierno de Santiago Castellanos (2005), el lugar estaba habilitado. Fue cuando la Junta pidió la competencia para administrar el complejo, en manos del Municipio. La idea era hacer unos arreglos y mejorar el servicio, pero no se pudo.

Castellanos dice que cuando empezó la intervención, antes de habilitar el club, recibió una planilla de pago por el servicio de agua de USD 8 000. No pudo cancelarla. Por lo que envió un comunicado al exadministrador zonal para devolver la competencia al Municipio. El trámite nunca se concretó.

Humberto Almeida, actual administrador zonal de La Delicia, explica que, a pesar de que eso ocurrió en anteriores períodos, no hay evidencia de un intento por devolver la gestión.

La piscina tiene una deuda por servicio de agua de USD 30 000. Solo una vez que se cancele se puede iniciar un proyecto de rehabilitación.

Según Jacqueline Castro, presidenta de la Junta Parroquial, están trabajando en un plan para devolverle la vida al lugar y aspira que el Carnaval del año entrante puedan festejarlo en la piscina. La obra costará unos USD 40 000.

Evelyn Jácome (I)njacome@elcomercio.com