Temor en San Francisco

En el momento menos pensado, el puente se viene abajo. La frase es de Alfonso Saquinga, vecino de San Francisco de Miravalle, barrio ubicado en la parte baja de la avenida De los Conquistadores (sector Guápulo).El hombre de 53 años dice que, hace más de un mes, las bases del paso están resquebrajándose. Tiene, aproximadamente, 3,50 de ancho por unos 12 metros de largo. También, las lluvias de los últimos días han ocasionado que la tierra se desmorone. Hay temor de cruzar.

Tanto miedo sienten los vecinos (alrededor de 800 personas) que el jueves el paso para los vehículos se cerró. Buena parte de la mañana, unas piedras gigantes y unas cintas plásticas se colocaron para evitar el paso de carros.

La autoridad está consciente del peligro y supo indicar que luego de que pasen las aguas (el invierno) se podrá hacer alguna obra en el puente. Solo esperamos que el ofrecimiento se cumpla, comenta Saquinga.

Antes que se haga el puente de cemento, según los vecinos en la administración municipal de Gustavo Herdoíza León (el famoso maestro Juanito), el paso era de madera y cada cierto tiempo -con la ayuda de mingas- los propios vecinos de la zona le daban el mantenimiento.

No había de otra. Si nos quedábamos sin puente tocaba entrar y salir por el sector de Auqui de Monjas y ese trayecto es largo, de más o menos dos horas de camino, menciona María Castro, otra de las vecinas fundadoras del barrio San Francisco de Miravalle.

Tomar ese camino alterno representaría un gasto más grande, porque tendríamos que tomar dos o tres carros: uno que nos deje en el desvió (autopista General Rumiñahui), otro que vaya por el barrio de Auqui Alto y un tercero que nos deje en casa. Mucha plata para un pobre, indica María Quisphe, moradora del barrio.

Con el problema del puente, ahora las camionetas llegan solamente hasta el puente cerrado y ahí tienen que hacer transbordo o caminar a pie.

Betty Beltrán