Caminata y pesca en Nono

No tienen miedo. Se acercan a los humanos a tal punto que por poco se posan en sus manos o sobre sus hombros. Detienen su agitado movimiento por unos segundos como diciendo miren mi alargado y afinado pico, el azul eléctrico de mi cola y el verde militar de mis alas. Los colibríes son parte del atractivo principal del noroccidente.Los hay pequeños, de cola partida, de alas azules y de cabeza roja. Todas las combinaciones son posibles. Solo hace falta viajar a Nono, a 35 minutos desde la ciudad para encontrarse con más de 20 especies de colibríes.

Realizar la ruta Quito-Nono-Tandayapa-Moraspungo, puede tomar unas ocho o 10 horas, pero también se puede visitar un solo punto y divertirse una mañana para luego regresar a la capital.

Toda la reserva abraza bellezas naturales a cada paso. En el recorrido se puede visitar la Reserva Ecológica Yanacocha, donde se puede observar el famoso árbol de papel, además de plantas silvestres y se llega a un mirador ideal para el avistamiento de aves. Allí llegan decenas de turistas para sacar fotos de la inmensa variedad de colibríes.

Otra opción en la ruta es visitar la Virgen de Alambi, un mirador desde el cual las montañas lucen como una interminable sucesión de olas verdes. En la parte alta del mirador se puede ver una Virgen dibujada en una piedra. Unos kilómetros más al sur se puede realizar pesca deportiva en La Piedra. Las personas arman su caña y con paciencia pescan su almuerzo.

El plato típico es la trucha, preparado con limón, sal y puntas. Además, en la zona se puede pasar la noche. En el 'camping' Tambo Tanda es posible dormir en cómodas habitaciones en medio de la naturaleza o puede acampar a la intemperie en un sector seguro.

Para los amantes de las flores, la Reserva Orquideológica El Pahuma ofrece una enorme muestra de orquídeas a lo largo de varios senderos que conducen a montañas, llanos y cascadas.

Hay 260 especies de orquídeas, de las cuales nueve son endémicas, y 170 especies de aves.

Redacción Quito (I)