Una mujer fue asesinada
En la pequeña parroquia de Perucho, ubicada en el noroccidente de Quito, la comunidad continúa sorprendida por el crimen perpetrado contra una mujer de 70 años.Hay una razón: el principal sospechoso del asesinato es el hermano de la víctima. El hombre, identificado como José V., de 80 años, permanece desde la tarde del domingo con arresto domiciliario.
Ese día, un tercer hermano visitó a sus parientes. Saludó a José, pero no localizó a María V.
La mujer no salía de casa. Tenía 90% de discapacidad mental. Por eso le pareció extraño que no estuviera en la vivienda.
Preguntó a José dónde estaba y este respondió que la había matado y enterrado en una bodega contigua al inmueble.
Tras la fatal noticia, el hermano llamó a la Policía y relató lo que escuchó. Con esa versión, agentes de la Dirección Nacional de Muertes Violentas (Dinased) se desplazaron el domingo a Perucho.
Inspeccionaron la bodega y confirmaron que la víctima estaba enterrada allí.
Según los investigadores, el crimen ocurrió el viernes, en horas de la mañana. Por ahora todo está bajo investigación.
Sin embargo, una de las hipótesis que maneja la Dinased es que los hermanos tuvieron una discusión.
En el cruce de palabras, se cree que José V. reaccionó violentamente y atacó a María V. con un palo. La golpeó en la cabeza. El ataque fue letal.
Por su edad, un juez penal ordenó arresto domiciliario para el sospechoso. Se conoció que José V. tiene discapacidad auditiva.
El domingo, tras el hallazgo, agentes de Criminalística desenterraron el cadáver y lo trasladaron al Departamento de Medicina Legal en Quito.
Los uniformados analizaron la bodega en busca de más pistas.
Más allá de la declaración del sospechoso, los investigadores buscan más indicios que corroboren que el crimen fue perpetrado en el inmueble.
Los forenses también harán pruebas de luminol, un método que se aplica en completa oscuridad y en superficies en donde se sospecha que existen rastros de sangre.
Esa sustancia química puede revelar el recorrido que hubo desde la zona en donde se produjo aparentemente la discusión hasta la bodega.
Según los peritos, la prueba del luminol puede revelar restos de sangre y otros fluidos, aunque los sospechosos adulteren la escena del crimen.
Es decir, aunque laven con químicos el piso, alfombra, paredes y otras superficies. Ayer (20 de julio), la autopsia confirmó que la muerte de la víctima fue violenta.
Javier Ortega. (I)
