Un fútbol sin bases reales
En medio de todo lo que sucede en el fútbol nacional, un grupo de dirigentes tuvo una iniciativa pertinente: pedir a la FEF que se elimine la disposición de alinear un juvenil en cada partido, al menos durante 45 minutos.
Dicha medida era alzada por la FEF como una suerte de pabellón insignia.
La dirigencia de la entidad vendió que ella y solo ella era la causante de la clasificación de Ecuador a tres mundiales juveniles.
Obviamente, no toma en cuenta que la obligación de alinear juveniles es un parche, una salida fácil.La FEF cree que potencia el talento y se cree digna de encomio. Lo difícil es estructurar planes, crear ambiente propicio para el desarrollo de las divisiones menores.El tema de las edades adulteradas en seleccionados juveniles debe mover a la reflexión.
Es imposible sostener un fútbol como el nuestro, carente de bases mínimas como la identificación de quienes actúan en él.
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