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2015-07-30 07:02:36

Vigías del Cotopaxi

PabloPablo De la Cruz es uno de los cinco hombres que vigilan al Cotopaxi. Foto: Diego Pallero / u00daN
Soraya Quillupangui

Estos habitantes del sector ya fueron capacitados para alertar a toda la comunidad afectada.Cinco hombres de la parroquia de Rumipamba, perteneciente al cantón Rumiñahui, recibieron un encargo: ser vigías.

Este cargo, que lo obtuvieron hace dos semanas aproximadamente, lo propusieron ante el incremento de la actividad del volcán Cotopaxi que se registra desde abril pasado.Sus nombres son: Pablo De la Cruz, Vidal Suntaxi, Nelson Calo, Ángel Camacho y Fernando Chamorro. Todos originarios de esta localidad rural.

Diariamente, Pablo De la Cruz trabaja en la elaboración de muebles. Los construye y los laca.

Pese a que es un trabajo laborioso, se dio un tiempo para colaborar con su comunidad.

Recordó que hace más de un año se conformó esta agrupación con el objetivo de alertar a los pobladores en caso de robos o asaltos de las casas, locales comerciales o el ganado.

Sin embargo, con la reactivación del Cotopaxi, las autoridades de la Municipalidad de Rumiñahui les dieron la tarea de vigilar al coloso.

Es importante nuestra labor porque trataremos de ayudar a nuestros vecinos. Por ejemplo, días atrás recibieron talleres de primeros auxilios para saber qué hacer en caso de caídas o torceduras en una emergencia.

Pese a que se han realizado varias capacitaciones, De la Cruz aseguró que es necesaria la colaboración por parte de las autoridades y de la comunidad.

Los primeros deberían preocuparse más por los habitantes que vivimos en esta localidad. Mientras que los pobladores deberían acercarse a las reuniones para estar bien informados.

En esto coincidió Vidal Suntaxi, quien vive al final del barrio El Vallecito. Él aseguró que es una responsabilidad ser un vigía.

Nuestro trabajo es ser los ojos y oídos de la comunidad. Si pasa algo, es decir, si hay alguna anomalía, debemos alertar a las autoridades para salvar nuestras vidas. Ante esto, considera que es esencial que les faciliten equipos de comunicación.

Relató que les dijeron que les entregarían radios de transmisión para comunicarse. Esto es vital porque en la zona, la señal de teléfono fijo o móvil es deficiente.

Una de las ventajas es que tienen un sistema de alarma. En caso de una eventualidad activarían este recurso para que las personas empiecen con la evacuación.

Uno de los sitios seguros es una escuela ubicada en el barrio San Antonio. Está a unos 10 minutos a pie, pero no está adecuada para acoger a los moradores. Deberíamos subir para salvar la vida, dijo.

Valeria Heredia (I)

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