placeholder
Noticias
2015-08-08 08:54:25

Un artífice en el arte del mosaico

Sus manos siempre tuvieron el don de transformar los materiales más simples, como el barro o la plastilina, en obras de arte.Eddie Crespo Garzón, un quiteño trotamundos nacido en 1962, está consciente de esta habilidad desde que tuvo uso de razón. Recuerda que jugar en la tierra, barriga al suelo, era para él como estar en el medio del Juguetón.

Sus destrezas artísticas se pulieron en Pereira, donde pasó su niñez y juventud. En la Escuela Alfonso López Pumarejo y el Colegio Diocesano de esa ciudad colombiana ganó sus primeros galardones. De regreso al terruño, hace 35 años, Eddie se enroló rápidamente en el ambiente del arte urbano.

Ingresó al Centro de Promoción Artística que dirigía Nilo Yépez. Luego se profesionalizó en el taller colectivo La Huella, que evolucionó de la pintura hacia el arte público. Con este colectivo realizó varios trabajos, como nueve esculturas en las Islas Galápagos y un mural para la Casa de la Cultura de Chimborazo.

Técnicamente autodidacto, formó parte del proyecto Arte para Todos del Municipio de Quito. De este se desligó un día cualquiera y viajó hasta Riobamba 'para desintoxicarse'; lo que fue solo un decir, porque en la Sierra central empezó a trabajar como poseído.

Tiene muchos hijos de mosaico y concreto regados en Chimborazo y Cañar. En un solo parque, el 'Tahuantinmío' de Riobamba, que es infantil, montó 30 obras, entre esculturas, bancas y otros mobiliarios. También levantó un busto en Alausí. Desde ese tiempo, el mosaico (pedacitos de cerámica esmaltada) ya era su material preferido, como lo fue de Gonzalo Endara Crown, el maestro del naif andino con quien tuvo varias coincidencias, aunque no fueron amigos.

'Cuando yo acababa el Tahuantinmío, Endara ponía su firma en la Vaca Cebra. Y cuando él daba forma al Trianguliz yo terminaba un diabluma'. Paradoja de paradojas: hace poco tiempo Crespo rehabilitó dos de las obras más cimeras de Endara: 'El Colibrí' y 'El Choclo', en Sangolquí.

En este lapso, asimismo, concluyó la escultura de 'La sed' en el parque de San Rafael, el diabluma de San Pedro de Taboada y la guitarra de la autopista Rumiñahui.

Como todo artista, reconoce que con cada obra se transforma en un energúmeno. 'Gracias a Dios, mis ayudantes ya me conocen y me torean muy bien'. También es ilustrador de libros de texto y a eso piensa dedicarse los próximos meses: a dar vida a una serie de libros infantiles. Su taller ya está preparado para ese encierro voluntario; él... más o menos. Víctor Vizuete E.