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2015-09-02 06:17:20

Un muro la sepultó

LaLa niu00f1a fue enterrada en el cementerio Jesu00fas del Gran Poder, en Lumbisu00ed. Foto: Alfredo Lagla / u00daN

Justo antes de que el ataúd fuese introducido en la tierra, la mujer se aferró a una de sus esquinas y se dirigió por última vez a su hija con un cántico. 'Adiós mija lindaaaaa... adiós mi amoooor... abrázame chiquita desde donde quiera que estés. Gracias por haberme hecho tan feliz'.Cuando los mariachis terminaron de entonar Nadie es eterno en el mundo, el féretro descendió y el llanto se desató. Uno a uno, sus familiares tomaron un puñado de tierra y lo arrojaron sobre el ataúd. A las 16:15 de ayer, Gabriela, de 14 años, fue enterrada en el camposanto Jesús del Gran Poder.El día fatal

En Lumbisí, los niños andan en bicicleta. El domingo pasado, a las 12:15, Rafael Chilian, de 70 años, se asomó a la ventana de su casa, en el segundo piso y vio que Gabriela montaba su bici y su madre caminaba junto a ella. Ambas giraron la esquina, pero la pequeña se acercó a su derecha, a unos metros del muro que bordea un predio donde se siembran flores. Hubo una correntada de viento y en un segundo la pared de ladrillo se desplomó.

Una nube de polvo impidió que Rafael lograra ver lo que había pasado, pero escuchó gritos. Corrió y empezó a pedir auxilio. Cuando llegó al lugar logró ver a la madre de rodillas frente a un montículo de ladrillos. Gritaba desesperada. Él y otras personas ayudaron a retirar el material, pero fue en vano. Gabriela había muerto.Muy querida

La muchacha fue velada en su casa. A las 14:45 de ayer, una caravana con más de 150 personas llevó su ataúd por las calles del barrio hasta la iglesia. Allí, sus compañeras del colegio Los Pinos le hicieron una especie de arco de honor, cuando el ataúd ingresó.

En noviembre Gabriela cumpliría 15 años. Érika, su mejor amiga, no dejaba de llorar. Más aún cuando vio a los 20 músicos de la banda de pueblo que mientras tocaban Vasija de barro se abrían paso delante del féretro. 'Era tranquila', 'daba consejos', 'buena alumna', 'respetuosa'. Así la recuerdan sus maestras y compañeras. Gabriela era la menor de tres hermanos y la única mujer.

Lumbisí se conmovió con el suceso. No es el primer caso de este tipo que ocurre en el lugar. Hace nueve años, un niño trepó el mismo muro que le quitó la vida a Gabriela, y la parte superior se desmoronó. El pequeño falleció. Los vecinos no saben quién es el dueño del predio que ocupa casi una manzana y que tiene más de 35 años de existencia. Pero saben que desde hace unos 12 años, partes de la pared perdieron forma y amenazan con caer.El arrendatario del predio se hizo presente y se solidarizó con los deudos.

Marcelo Flores, amigo de la familia, pide que haya más control a las construcciones.

Evelyn Jácome. (I)njacome@elcomercio.com