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2015-09-04 06:52:54

Parte del cementerio de El Tejar ardió

VariasVarias de las tumbas afectadas pertenecieron a niu00f1os. El fuego se produjo en el lugar menos frecuentado del cementerio de El Tejar.

Al menos unos 500 metros cuadrados fueron afectados por las llamas.Caminar por la terraza más antigua del cementerio de El Tejar, luego de que el fuego calcinara cerca de mil tumbas, produce desolación. Un manto gris y negro cubre la pequeña loma, en el extremo occidental del lugar.Los matorrales que rodeaban las lápidas -abandonadas en su mayoría- se volvieron ceniza. Las cruces de madera que identificaban a cuerpos que desde hace 10, 20 o 30 años no recibían visitas, se quemaron.

Las figuras religiosas de cemento están tumbadas en el piso. En esta ala del cementerio público más antiguo de Quito, todo es desorden y devastación.

El fuego acabó, en 45 minutos, con la imagen de un camposanto abandonado, donde se habían enterrado cuerpos desde hace más de 80 años y donde, según José Machángara, cuidador del lugar, solo cinco tumbas recibían visitas.

El incendio empezó a las 14:35 de ayer. Uno de los bomberos que acudió al lugar calculó que se quemaron unos 500 metros cuadrados. Las llamas fueron tan altas que por poco alcanzan los cables de luz.

El cementerio de El Tejar está rodeado por viviendas. Unas 30 casas cercan el panteón, por lo que el humo, visto desde el Centro Histórico, parecía brotar de las construcciones.

La vivienda de Luis Espín colinda con el cementerio. Parado en el patio de su hogar cuenta que empezó a sentir un olor fuerte a pasto quemado y cuando se asomó vio las llamas. Tomó a sus dos hijos y salió de su casa en su vehículo.

El humo no les permitía respirar. En la puerta se encontró con los bomberos, quienes desde su propiedad treparon con una escalera hacia el otro lado para controlar el fuego.A las 15:20, el incendio fue controlado. José, de 39 años, quien trabaja y vive en el cementerio desde hace tres años, caminaba entre las tumbas y con un machete golpeaba las ramas para evitar que el viento volviera a encenderlas.Para leer lo que está escrito en una de las cruces de baldosa que permaneció en pie, es necesario limpiarla. No se avanza a ver el nombre completo, pero da señal de que Alfonso R. murió en el 67.

Evelyn Jácome. (I)njacome@elcomercio.com

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