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2015-10-01 06:26:04

Adiós a un 'angelito'

LosLos familiares y vecinos acudieron al velatorio de la pequeu00f1a. Hoy seru00e1 enterrada. Foto: Sara Ortiz / u00daN
Soraya Quillupangui

Lleva puesto un vestido amarillo. Tiene una sonrisa amplia y una mirada inocente. Fue una de las últimas fotos de Pamelita. Sus padrinos colocaron este retrato frente a su pequeño ataúd blanco.

Se nos va un angelito, repetían los vecinos de San Isidro de Puengasí. Nadie sale de la conmoción de que en el barrio sucediera un crimen. Y la víctima fue la niña de 4 años, quien también

fue ultrajada.

El velatorio de la pequeña fue un momento de mucho dolor para sus familiares. Los vecinos tampoco pudieron contener las lágrimas al acercarse al féretro.

Ahora está en el cielo, le repetían a los padres de la menor, mientras se fundían en un abrazo. Entre los moradores se comentaba que el sospechoso del crimen, que tiene prisión preventiva, siempre tuvo buena actitud con los niños. Era amable y siempre les daba golosinas. Así fue como logró atraer a Pamelita.

Su madre cuenta que el hermano mayor, de 8 años, estaba jugando junto a ella cuando el vecino les prometió que les daría dulces si lo acompañaban a la tienda.

El hombre ya conocía a la niña hace más de seis meses. Vivió en la misma casona en donde estaba la vivienda de la menor, pero hace un mes se cambió a un departamento a pocos metros.

En la tienda compraron una leche y caramelos y caminaron hacia la casa del sospechoso, más tarde sería identificado como Henry Daniel O., de 29 años.

En ese momento los niños lo conocían como 'Vecino Gato'. Al llegar a la casa, el hombre le dijo al niño que se fuera a jugar a otro lado y que él se quedaría con la pequeña en la casa.

Cuando el padre de la niña llegó del trabajo, preguntó por ella y empezó la búsqueda. Eran las 19:00.

Junto con la Policía Comunitaria llegaron a la casa del sospechoso y encontraron el cadáver de Pamela. Desde ese momento, los padres solo recuerdan hechos confusos. Llevan tres días sin dormir y casi no han comido.

Los familiares arribaron a Quito desde Cariamanga, Loja. Pero ni el apoyo de los allegados calma el dolor y la preocupación económica, pues han tenido que ocuparse de los costos del servicio funerario.

El sueldo del progenitor no le alcanza y por eso colocó una cajita junto al ataúd de su niña. Si alguien le quiera ayudar cualquier ayuda es buena, dice.El hombre detenido por el crimen, atraía a los niños con caramelos.

Sara Ortiz. (I)sarao@elcomercio.com

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