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2015-10-05 06:13:48

Él se llevó a sus 2 hijos

AA la vivienda arrendada en Cochapamba, la Dinased llegu00f3 a las 23:48 del viernes. Encontraron tres cuerpos. Foto: Pau00fal Rivas/ u00daN

Cuando su esposa se fue de la casa, el miércoles 30 de septiembre, él la amenazó. 'Te voy a dar en donde más te duele'.Eso le dijo Édison M. a su pareja. Lo apunta el mayor Mario Escobar, jefe de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased). Y poco después, el viernes 2 de octubre, el hombre de cabello negro largo cumplió su palabra. Mató a sus hijos, una niña de 10 y un niño de 9 añitos.

No hubo nada que hacer para cuando llegó la Dinased, a la medianoche del viernes pasado. La madre estaba en shock, hablaba como perdida, sin poder aceptar lo ocurrido... Preguntaba a qué hora saldrían sus hijos del hospital. No era para menos.

A las 19:00 de ese día, ella regresó a la vivienda que arrendaban en la calle Antonio Román, en San Fernando, en Cochapamba, norte de Quito. Golpeó a la puerta y nadie respondió. Acudió a la dueña de casa para acceder a una copia de las llaves. Y se encontró con sus hijitos sobre la cama, como dormidos. Vestían pijamas abrigadas y pantuflas.

Édison Eduardo M. estaba junto a ellos. Llevaba una camiseta negra. En el pecho había un cuchillo largo, con mango azul. Con esa arma blanca se mató, luego de acabar con la vida de sus pequeños hijos y de este modo hacerle daño a su pareja. Eso presume la Dinased.

El mayor Escobar señala que la familia tenía problemas económicos, algunas deudas. Eso había repercutido en la relación de pareja. Ella estaba decidida a dejarlo definitivamente.

Algo que les llamó la atención es un diario de la niña, de 10 años. En el texto ella relataba en palabras y dibujos que pasaban cosas tristes en su casa. Su papá discutía mucho con su madre y era grosero, violento. Eso resalta en la forma en que lo dibujó a él, en su diario.

El sábado, en la morgue, la madre lloraba y decía que quería irse a donde estaba su hijita, su Negrita. Sus parientes trataban de darle consuelo. Y ella decía que él se llevó a sus dos hijos. No dejó que le compraran un vestido a la nena porque a ella no le gustaba vestir ese tipo de prenda.

Aunque cada familia que acude a la morgue tiene su propia pena, todos observaban a la señora, que había perdido a sus hijos.

El análisis externo realizado a los cuerpos de los niños le hace presumir a la Dinased, que seguramente el padre les hizo ingerir o inhalar veneno. No hubo signos de violencia en sus rostros o cuellos. Tampoco se observó huellas en la casa que les haga pensar que alguien más pudo ingresar y cometer ese crimen. Los chicos estaban como dormidos.Mariela Rosero Ch. (I)