No hay que romper la línea en la Tricolor
La Selección protagonizó una sorpresa. Nadie, con un mínimo de conocimiento futbolístico, podía hacer pronósticos favorables y sonrientes.La realidad, antes de los encuentros con Argentina y Bolivia, planteaba dudas sustentadas y razonables sobre el rendimiento del equipo, sobre todo por su accidentada conformación. Cualquier pronóstico favorable en los días previos al comienzo del premundial, nacía de las aspiraciones, de los sueños personales a los que nadie debe renunciar.
Ecuador sacó lo mejor de su repertorio. Fue un equipo decidido y casi impecable, salvo algunos instantes del partido con Bolivia. Tras pasar el mal rato, culpa del estado del campo, el equipo se reencontró a tiempo. ¿Qué podemos esperar para el futuro inmediato? La prioridad debe ser no perder la línea que rompió con los pronósticos, la que ahora posterga cualquier mal recuerdo de la Copa América.
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