La cultura es su vida
Los poemas que enviaba semanalmente hasta este Diario, para que adornen Sábado Poético, los firmaba con el pseudónimo de María Shetyne. Así lo hizo por más de 10 años, hasta que desapareció la página.El resto de actividades -culturales, sociales, amatorias- las ejecutaba con su nombre de pila: María Antonieta Viteri Arias.
Nacida en Quito en 1938, siempre caminó por senderos que se unificaban en el arte y el servicio a sus congéneres.
La pasión por la escritura le llegó cuando estudiaba en la Escuela Numa Pompilio Llona y cayó en sus manos -no se acuerda cómo- un libro del lingu00fcista Andrés Bello. En esa institución del Centro Histórico ganó un concurso de redacción y otro de dibujo, con temas sobre la higiene.
Ya crecidita, pero todavía muy joven, se puso el negocio 'Libros, revistas y discos para su hogar'. De lo poco que ingresaba en esa tiendita cultural ubicada entre la Esmeraldas y Venezuela, frente a la también icónica Radio Espejo, sobrevivió 24 años... hasta que su dueño, el Dr. Cristóbal Hurtado vendió la casa y los nuevos dueños le pidieron las piezas.
Eran los tumultuosos años 70 y los Mejías se hacían sentir con fuerza. A muchos de estos guambras tuvo que salvarles el pellejo ante la arremetida de los policías. Agraciada y entradora, perteneció a instancias como el Círculo de la Prensa y fue reina de varias instituciones.
Fue señora simpatía del DMQ y es socia de las exreinas de Quito de la Tercera Edad.Parte de su existencia la vivió en Otavalo. En esa ciudad consiguió varias mejoras para su barrio.
Por su defensa de los combatientes durante la guerra del Cenepa, fue nombrada como la 'poeta de los conscriptos'. De sus manos han salido los libros 'Fábulas en luna llena', 'Quejas de papel', 'Mis amigos los conscriptos', 'Primorosas violetas del adiós', entre otros.
Ahora escribe poco pues su tarea principal es luchar contra un empecinado cáncer de seno. Y lo hace sin miedos, de tú a tú. Quiteña, nacida en 1938, siempre estuvo relacionada con la literatura y la sociedad.
Víctor Vizuete E. (I)
Noticias relacionadas:
Un diario intercultural Gutenberg y el amor a las letras
