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2016-01-25 08:37:24

Jubilación u0091obligadau0092

Un adagio popular dice u0093hay que estirar las piernas hasta donde dan las sábanasu0094, pero, al parecer el señor presidente de la República, Rafael Correa, nunca escuchó aquello, porque ni su gran inteligencia ni todos sus doctorados le sirvieron para avizorar el futuro y no gastar el dinero en forma por demás desaprensiva, de tal manera que paguemos los platos rotos, quienes con sobra de razones debimos ser objeto de un mejor trato, refiriéndome en el caso especial

de los maestros que nos acogimos al beneficio de la jubilación.

Cansados de esperar el famoso incentivo económico (los bonos) nos vimos obligados a renunciar al magisterio, antes de que nuestra salud se quebrantase por completo, pues el trabajo del docente en los tiempos actuales es extremadamente duro y estresante, que requiere una fortaleza física y también mental a diferencia de otros trabajos en que se dan las órdenes desde un escritorio.

Los maestros nos sentimos maltratados, poco valorados, que si pudiesen exprimirnos hasta la última gota de energía que tenemos, lo harían.

Hubiera querido retirarme con la tranquilidad del deber cumplido sin la sombra y el mal sabor de la injusticia por

la inequidad. Ojalá que a mis colegas quienes continúan en esta ardua labor, les vengan tiempos mejores y Dios les dé la sabiduría para levantar su voz y hacer valer sus derechos.Más opiniones de vecinos reporteros:

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