Dolorosa despedida
Dolor, resignación, impotencia. Los familiares de Virginia no saben qué palabra usar para definir lo que sienten.
Ayer, los tíos, abuelos, primos y otros parientes despidieron a la pequeña de cuatro años.La niña murió el lunes. Un equipo médico de un centro de salud la recibió ya sin signos vitales.
Tenía hematomas en el cráneo, boca, tórax y en los muslos de ambas piernas.
Su familia veló el cuerpo en una casa en La Ecuatoriana, en el sur. Compraron un pequeño ataúd blanco.
Uno a uno, pasaban por el féretro, miraban el rostro de Virginia y le susurraban. Otros solo lloraban. Verónica, tía de la pequeña, habló con ÚLTIMAS y contó que Fernanda, su hermana, perdió hace un año y medio a su esposo. Desconocidos intentaron robarle y lo apuñalaron.
Eso, al parecer, la trastornó, cree Verónica. Meses después conoció a Christian, su actual pareja. Los dos están en prisión preventiva por la muerte de Virginia.
La Fiscalía los considera los presuntos autores de los golpes que mataron a la niña.
En una audiencia, Christian dijo que la niña se cayó y que eso produjo los golpes. Aún está por establecerse cómo en efecto ocurrió la muerte de la niña.
Sin embargo, Verónica dice que Fernanda necesita ayuda psicológica. Antes de conocer a Christian, ella daba todo por su hija, relató Verónica.
Según el informe médico legal, los golpes laceraron el corazón de la menor y tuvo una hemorragia aguda interna.
Su muerte fue violenta, concluyó la perito que examinó el cuerpo.
Ayer, al mediodía, la familia llevó a la pequeña hasta el cementerio de San Diego. Su abuela materna está segura que finalmente descansará en paz.
La niña fue enterrada en San Diego. Su madre y su padrastro siguen detenidos.
Javier Ortega. (I)jortega@elcomercio.com
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