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2016-02-02 15:59:51

De iglesia y convento a cuartel

LaLa Compau00f1u00eda era un complejo arquitectu00f3nico que abarcaba la manzana de las actuales Garcu00eda Moreno, Sucre, Benalcu00e1zar y Espejo. Foto: Patricio Teru00e1n y Galo Paguay / Archivo / u00daN
Soraya Quillupangui

Llegados a Quito en 1586, los jesuitas buscaron enseguida un adecuado lugar para edificar iglesia y convento, puesto que vinieron para evangelizar.Sitio escabroso y nada agradable era, pero no había tiempo para buscar, dinero para comprar, ni mejores posibilidades para aprovechar, de manera que adquirieron un solar cercano a la Plaza Mayor, al otro lado de una medrosa y profunda quebrada, teniendo tras de esta una mala calle de elemental tierra pura que les pone en comunicación con los dominios de los hermanos de San Francisco. (...)

No duró mucho la primitiva iglesia que no era más que una regular o mediana capilla dedicada a San Jerónimo, en cuyos recintos ya funcionaba la Cofradía del Ángel de la Guarda, integrada exclusivamente por indígenas, y una escuela de primeras letras y de doctrina.

El padre Durán, rector de ella, compró el solar de enfrente hacia el poniente y con permuta que hizo con el Obispo ya tuvo suficiente espacio lindando con el huayco para empezar la edificación de la iglesia que, con los planos venidos de Roma, será el grandioso templo que desde ese lejano año de 1605, ya en pleno siglo XVII, adorna y engrandece la puebla, merced a la extraordinaria fábrica concebida y realizada por el hermano Marcos Guerra, auxiliado por la cuantiosa donación del acaudalado vecino Juan de Clavería.

Una segunda permuta de inmueble también con el Obispo extiende la propiedad jesuítica a la manzana entera encerrada por cuatro calles pero cortada en el lado sur por el quebradón de Sanguña que advierte debe ser canalizado (...) para conseguir un plano seguro y uniforme donde puédase construir la monumental iglesia, el convento, el colegio máximo de San Ignacio, el Seminario conciliar de San Luis, además de la Real y Pontificia Universidad de San Gregorio Magno que comenzará a funcionar desde 1622, rodeando el que se llamará 'Patio de las Aulas', junto al templo y, en fin, las oficinas principales de las misiones en el Amazonas. (...) Lo absurdo e inverosímil es que los recintos de la más alta cultura fueron pisoteados por la soldadesca y las caballadas reales.

Cerrado el Colegio Máximo en 1780 lo ocupan las tres Compañías Fijas y el piquete de Dragones Montados. La que fue ropería se convierte en sala de armas. Poco antes, en 1767, las tropas ocuparon el Noviciado y la Casa de Ejercicios Espirituales en el Panecillo.

El local, fue destinado más tarde a hospicio y las fuerzas militares pasan entonces a establecerse en los locales del núcleo central del edificio, en lo que había sido el Seminario San Luis. En 1778, al producirse levantamientos de aborígenes, se constituyen cuerpos de milicias con regimientos de infantería y de dragones. (...)

Aumentado el personal se hacen adecuaciones y ampliaciones hacia el lado norte de los grandes edificios con el nominado patio grande' que comunica con la Calle Angosta, llegando a la actual esquina con la Benalcázar.

En razón con la normativa militar, el calabozo de reglamento se instala en los subterráneos. Las caballerías tienen que estar con sus caballeros jinetes y acrecentándose unos y otros en número, el patio comienza a servir también de pesebrera.Por Alfredo Fuentes Roldán, en Quito tradiciones, tomo IV, editorial Abya Yala, 2010Los jesuitas desarrollaron este espacio que luego los militares españoles lo tomaron.

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