El Carnaval preocupa a los comerciantes

En el interior del tradicional parque La Alameda, en el centro, hay 20 comerciantes que cuando llega Carnaval en lugar de estar alegres se preocupan.Ellos contaron que desde hace algunos años los jóvenes de diversos planteles se dan cita para jugar en la laguna, eso trae inconvenientes: las ventas bajan y el estado del parque se afecta.El año anterior, en medio de la algarabía, los gritos y risas de los jóvenes, hubo casos en que a los mismos chicos se les perdió las mochilas y otros objetos personales.

En gran medida esto pasó por la gran cantidad de personas que se dieron cita y el descuido de las pertenencias, aseguró Renán Mogollón, de 61 años, quien tiene un juego de tiro al blanco desde hace 40 años.Otra de las afectaciones fue la disminución en las ventas. No hay quien compre porque es una locura y hay tanta gente, relató Patricia González, quien vende asados.

Esto no ocurre solo el último viernes antes de Carnaval: son dos semanas antes que los jóvenes ya acuden a la laguna, explicó González.

Mogollón coincidió con González y recordó que el pasado viernes hizo USD 1,50 en todo el día. Este viernes no trabajará.

Entre el correteo de los jóvenes me pueden ir tumbando, dijo. El año anterior hubo personal policial y de seguridad en el sitio pero son tantas las personas que acuden que es complicado controlar que no ingresen a la laguna, relató Mogollón.

Varios de ellos llevan años vendiendo pinchos, cebichochos, mollejas y otros platos tradicionales.

Redacción Quito (I)

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