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2016-02-06 11:16:12

Ama los go kart

ErnestoErnesto Ordu00f3u00f1ez con su 'go kart' pasea por los alrededores de su casa en Cumbayu00e1.
Carla Sandoval

Los años que viviremos. Así se titula el poema que escribió Ernesto Ordóñez (nacido el 4 de enero de 1923) sobre su vida. En él cuenta que su madre le buscó un colegio en el cual tendría techo y comida.Ingresó en el Seminario Menor; allí pasó seis años encerrado. Antes de pasar a la U, tuvo que hacer una solicitud al Congreso Nacional de aquel entonces, para legalizar sus estudios.

Lo consiguió e ingresó a la Facultad de Ingeniería Civil de la Universal Central. Pasó hambre y caminaba largos trechos, es que Ernesto vivía en la avenida Colón y la Universidad estaba ubicada en el sector de la Plaza Grande, de ahí que -todo los días- tenía que caminar 10 kilómetros diarios porque no tenía para el bus.

Cinco años con esa vida de privaciones. Su primer empleo surgió de la nada. Ingresó a la Marina, como dibujante de planos. Lo mejor de todo: Ya tuve dinero para hacerme el pelo, también para el bus y para comer.

Luego le propusieron ser jefe de construcciones de una compañía de aviación; en ese entonces el sueldo básico era de 150 sucres y él empezó ganando 2 500. Le llegó la lluvia del dinero, se casó y tuvo siete hijos; y se le abrieron las puertas por todo lado.

Hizo diferentes construcciones. Uno de sus edificios más emblemáticos fue el edificio Baca, ubicado en la 10 de Agosto y Carrión. Incluso, contó, por esa obra arquitectónica recibió dos premios ornato de la ciudad.

Luego, recuerda Ernesto, le nombraron presidente de Liga Deportiva Universitaria; viajó a 18 estados de Estados Unidos acompañando al equipo de básquet.

Llegó el tiempo del supermercado; duró 14 años y cuando cerró el local se jubiló. Era tiempo de deu00addicarse a su pasión oculta: la investigación.

Actualmente, en el parqueadero del edificio donde vive tiene 10 'go kart' construidos con sus propias manos. Y los volvió eléctricos para contribuir al ambiente y evitar el ruido.

Estos go kart pesan alrededor de 120 libras y cuestan unos USD 2 600. La batería aguanta hasta 25 kilómetros; tiene una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora, pues no es para competencia u00adsino para paseo.

Y en ese 'carrito', cuando cae el sol Ernesto sale a pasear por los alrededores de su casa. Es que le encanta la naturaleza.

Betty Beltrán (I)bbeltran@elcomercio.com

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