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2016-02-08 09:21:58

Dolor en Uyumbicho

UnaUna madre y sus dos hijos fueron velados en el coliseo Gonzalo Reyes, en la parroquia de Uyumbicho. Foto: Galo Paguay/u00daN
Santiago Sarango

Un velatorio de los tres cuerpos se realizó, ayer, domingo 7 de febrero de 2016, en el coliseo Gonzalo Reyes, en Uyumbicho, cantón Mejía.

Nora A. y sus dos hijos de siete y cuatro años, recibieron la última despedida de sus familiares y amigos.Las tres víctimas fallecieron, el pasado sábado, en una vivienda del sector, cerca del parque central. Los cuerpos fueron hallados, en la madrugada, por María A., madre de Nora, estaban cubiertos de sangre y tenían moretones.

En el Departamento de Medicina Legal, en Quito, se determinó que tanto la madre como los pequeños tenían golpes en la cabeza y heridas de un objeto corto punzante, contó Enrique A., padre de Nora, en el sepelio. No puedo creer todavía que mi hija y mis dos nietos estén muertos.

Según versiones de los allegados a la joven, el esposo de Nora, Jesús G., sería el supuesto responsable de este triple homicidio.

Además, señalaron que era padre del niño de cuatro años. Tras su detención, él se encuentra bajo investigación policial.

Víctor Aráuz, jefe de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), informó que este era un caso de violencia intrafamiliar.

Luego de analizar las evidencias y avanzar con las investigaciones se determinará las causas de este suceso que alarmó a la comunidad de esta parroquia rural de Mejía.

Nora vivía en una casa arrendada con sus dos hijos. Trabajaba en una empresa procesadora de alimentos de la zona. Ella era casada, pero ya no convivía con su esposo Jesús G.

En los últimos meses, incluso,había iniciado un proceso legal para que su pareja le pasara la pensión de alimentos para el niño de cuatro años.

Mi hija me decía que el esposo estaba bravo, por eso. Yo le decía que vuelva con él, pero me decía que no, que le pegaba, que era malo, mencionó María A.

La muerte de Nora y sus dos hijos generó conmoción en la parroquia, porque era la primera vez que sucedía algo así.

Teresa Factos, una de las moradoras más antiguas, comentó que en los 70 años que ha vivido en Uyumbicho jamás ha escuchado un caso parecido.Esperemos que se haga justicia.

Los familiares de la mujer y de los niños tienen la misma aspiración: que el supuesto culpable sea sancionado, luego de las respectivas indagaciones judiciales.

Mayra Pacheco. Redactora (I)mpacheco@elcomercio.com