Rompió el silencio

Encontrar en estos días a la flamante segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Marcelita Aguiñaga, ha sido todo un vía crucis para los periodistas.Si un periódico lograba interceptarla decía que tenía la agenda llena. Mientras, desde su departamento de Comunicación aseguraban que no concedería entrevistas. En estos días, los medios de comunicación la han buscado con desesperación para obtener su reacción sobre la compra de 66 lotes de terreno al Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa), en el 2010, cuando era ministra del Ambiente.La polémica ocurre porque el presidente Rafael Correa ordenó, la semana pasada, al Ministerio de Finanzas que se le debiten USD 41 millones al Issfa, pues sostiene que hubo sobreprecio en la compra. En ese tiempo, el valor acordado por el terreno, donde hoy se encuentra el parque Samanes, en Guayaquil, fue de USD 48 milloncitos, pero aparentemente solo costaban USD 7,3 millones.Marcelita rompió el silencio ayer a través de dos comunicados de prensa que llevaban su nombre. En el primero señaló que la compra de los 66 lotes lo hizo en beneficio de los guayaquileños para que tengan más espacios verdes. Recordó que por si acaso es una 'abogada que conoce los procesos legales' y que antes de pronunciarse, esperará el informe que presente Contraloría.

En la segunda carta subida a las redes sociales dijo que se siente orgullosa de haber contribuido a la transformación del Ecuador, ratificó su voluntad de actuar con transparencia y responsabilidad y que estará a la espera de los informes de las entidades de control que examinan el caso de Los Samanes.

El secretario jurídico de la Presidencia, don Alexis Mera, aseguró que hubo 'errores de buena fe' en este contrato. Aseguró que la compra de estos 66 lotes la hizo en beneficio de los guayaquileños, para que cuenten con más espacios verdes

Redacción Política (I)

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