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2016-05-03 12:02:15

No lo encuentran

Soraya Quillupangui

Ya son 36 días y no hay rastro del cuerpo de José Vicente Farinango Inlago, quien cayó el martes 29 de marzo en la quebrada de Chuquisahuayco, situada en el puente que une Llano Chico y Llano Grande (norte de Quito).El hombre de 39 años, obrero de Covial, estaba encargado de construir el revestimiento de un túnel.

Su primo Nicolás Cuascota cuenta que u0093alrededor de las 15:00, de aquel martes, José -junto a un grupo de seis personas más- estaba poniendo malla y cemento en el túnel, pero en ese momento llegó la lluvia acumulada de la parte alta y sus compañeros salieron por el lado noreste y él por el esteu0094. Mala elección, pues quedó atrapado y no pudo saltar.La presión del agua acumulada lo expulsó, agrega su primo, u0093unos 10 metros de la boca del túnelu0094. Minutos antes, u0093cuando comenzó acumularse el agua, mi primo pidió auxilio a través de la luz del casco que llevaba puesto, ellos tienen una linterna en el casco y comenzó a prender el foco rojo que es sinónimo de auxilio y a gritaru0094.

Toda la familia aún llorar la pérdida, pero más María Lucrecia Inlago, su madre. Tiene 70 años y toda

la vida ha vivido en la comunidad Cajas (cantón Pedro Moncayo). Él vivía con ella y su hermana viuda: u0093Era padre y madre de la casa, pagaba el agua, la luz y traía cualquier cosita para la comida. Era muy hogareño, amoroso y buen carácteru0094, rememora la madre afligida.También recuerda, entre lágrimas, aquel día que vio por última vez al tercero de sus cuatro hijos. u0093Era martes, oscuro oscuro se levantó y a las 05:30 salió a la u0091Panau0092 para coger carro. Se paró en la puerta de calle y me dijo chao, yo le seguí y le entregué la bendiciónu0094.Extremadamente trabajador. Jamás se quedaba sin hacer nada, incluso cuando se quedó sin empleo, en los primeros días de diciembre del 2015, inmediatamente se fue a las florícolas de Tabacungo y en un dos por tres consiguió una plaza de supervisor.No duró mucho tiempo, porque en marzo del 2016 consiguió un nuevo empleo en Covial. Solo terminó la educación primaria y se especializó en la construcción y en los trabajos más arriesgados, cuenta su primo Nicolás. Jamás tuvo algún percance, incluso su salud era de hierro.

En sus días libres se esmeraba por arreglar la casa de su madre y levantaba, cerca de allí, alguna columna o pared de su nueva vivienda. Allí pensaba llevar a su nueva pareja; hace cuatro años se había divorciado de su primera esposa. Su sueño: ver a sus cuatro hijos (el primero tiene 16 años y el último, 11 meses) coronar con una profesión universitaria.Al día siguiente de que sucedió el accidente, los allegados y amigos de la comuna se organizaron para buscarlo. En los últimos días ese impulso ha decaído, pues la mayoría tiene que trabajar. Y los organismos de socorro lo dejaron de buscar, salvo si hay algún pedido puntual de parte de la Fiscalía que lleva el caso de la desaparición de Farinango.Pero ¿por qué se tornó tan difícil la búsqueda? Cristian Rivera, director del COE-Metropolitano, explica que los equipos de socorro del Municipio de Quito, Bomberos y Policía Nacional lo buscaron milímetro a milímtero, incluso se recorrió más de 120 kilómetros y no se encontró a Farinango.Según los especialistas esa falta de éxito puede deberse a tres factores. Una, la creciente del río pudo haber enredado al cuerpo en algunos lugares donde hay basura o escombros. Posiblemente atrapado en alguna rama por lo que el trabajo se ha dificultado.Dos, las lluvias incesantes del mes de abril provocaron un aumento del caudal de la

Central Mandariacu y eso pudo ocasionar, sin necesidad de que se abra las compuertas, que el cuerpo haya pasado aguas abajo. Con todo, el Municipio de Quito, según Rivera, ya ofició a los municipios de Pedro Vicente Maldonado, Cotacachi, Quinindé y Esmeraldas para que ayuden a hacer alguna verificación de cualquier novedad a lo alrgo del río que desemboca en el Pacífico.Y tres, a lo largo del río existen derrumbes de proporciones es por eso que se limpió con maquinaria algunos sectores para descartar que Farinango haya quedado bajo esos derrumbes.En la familia hay resignación. Son tantos días de búsqueda que perdimos la esperanza de encontrar el cuerpo, dice Cuascota.Incluso, al cumplirse un mes de la desaparición (viernes 29 de abril) ya se celebró la velación del cuerpo ausente y al día siguiente ofrecieron una misa en la capilla

del barrio en donde creció José Farinango.Con todo el tema de la búsqueda, la familia de Farinango se despreocupó de la parte legal. Pero una vez amortiguado el dolor hoy

martes, 3 de mayo, comenzó el trámite de la indemnización para los hijos del obrero que sigue sin aparecer. Ahora solo quieren que su familiar descanse en paz y su familia directa reciba alguna ayuda económica.

Betty Beltrán (I)

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