Una vereda repleta de matorrales

El otro día fui a dar una vuelta por el sector de Las Casas, en el norte de mi querida ciudad, y me llevé una muy desagradable sorpresa.

Resulta que en la vereda occidental de la calle Domingo Espinar, hay matorrales que han crecido desordenadamente y dificultan el paso de los peatones.

Además, las raíces de un árbol grande que se levanta justo en ese lugar están destruyendo el pavimento. Como consecuencia, la vereda está rota y representa un obstáculo para las decenas de personas que todo los días caminan por ese lugar.

Una de mis amigas es oficinista y trabaja en una importante empresa por lo que debe usar zapatos de tacón. Ella me contó que ha escapado de torcerse el tobillo al caminar por allí por la cantidad de desniveles y obstáculos que hay.

Además, hay hierba creciendo por todos lados, tierra regada a lo largo de la vereda, piedras y una que otra basura. Eso hace que el lugar se vea desordenado.

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