¿Mucho trabajo? Organícese, vea...
En las calles, las oficinas, los almacenes, fábricas y mecánicas los empleados y trabajadores tenemos el mismo discurso: estamos llenos de trabajo, no tenemos tiempo para nada. Difícilmente podríamos decir lo contrario porque si no tenemos trabajo ¿Cómo justificamos que exista nuestro puesto?.No obstante, de acuerdo con la encuesta del uso del tiempo del INEC del 2012, tanto hombres como mujeres, usamos solo entre el 46% y 40% de nuestro tiempo semanal en actividades de trabajo remuneradas y no remuneradas (quehaceres domésticos). Entonces, ¿por qué tenemos la percepción de tener demasiado trabajo o de que no nos alcanza el tiempo?
Según especialistas en recursos humanos, el problema es que no nos organizamos, no planificamos y, finalmente, dejamos todo para el último. De acuerdo con la página educación.uncomo.com, el primer paso es concentrarse.
El trabajador debe enfocar su atención principalmente en los asuntos y tareas importantes. Los momentos de esparcimiento no deben interrumpirlos aunque siempre deben existir. Pero antes que nada, cada empleado o trabajador debe llevar una planificación o agenda semanal donde priorice los asuntos, tareas o proyectos diarios que debe resolver.
No todas las tareas tienen la misma prioridad. Si usted trabaja en una oficina y recibe muchos correos electrónicos, dedique un momento específico del día para contestarlos y no lo haga cada vez que recibe un correo porque este hábito puede distraerlo del asunto que esté atendiendo.
Hay empresas que convocan constantemente a reuniones, pero no todas son de su interés. Limítese a acudir a aquellas que lo competen directamente. Pero si siguiendo todos estos pasos aún no logra completar su jornada hasta altas horas de la noche, evalúe su carga de trabajo: puede estar sobrecargado.
En ciertos casos, el problema de tiempo en el empleo no se debe a que el trabajador no sepa organizarse si no a que tiene demasiado que atender. Por ello, sea consciente de sus capacidades y aprenda a decir no a ciertas tareas cuando ya no le avance el tiempo. Si su oficina se maneja con un horario flexible o usted administra su propio horario (ventas o teletrabajo), debe ajustar su jornada tomando en cuenta los momentos en que más rinde.
Por ejemplo, si es más productivo en la mañana, llegue una hora antes que todos y de seguro podrá adelantar mucho trabajo. Pero si es más productivo en la noche, salga una hora después que los demás.
Redacción El jefe eres tú (I)
