13 años desaparecido

Uno de los cuatro desaparecidos tras el tiroteo, en una farmacia en Guayaquil, está con vida. Aunque se sabe poco de él, la Fiscalía aseguró que se trata de un testigo importante para aclarar qué pasó la mañana del 19 de noviembre del 2003. Ese día, la Policía ejecutó un operativo supuestamente para detener a una banda de asaltantes. Los agentes ingresaron a la farmacia y se produjo una balacera.

Ocho personas murieron y cuatro fueron declaradas desaparecidas, entre estos la persona que ahora fue localizada.

Galo Chiriboga, fiscal General, no reveló la identidad del desaparecido, pero indicó que residía en otro país y que llegó al Ecuador el domingo pasado.

La Fiscalía conoció sobre el paradero del hombre el año pasado, pero primero se debió confirmar la identidad.

En julio del 2015, se hizo el primer contacto con él, pero se decidió traerlo casi un año después debido a que 'temía por su vida'.

Además, su presencia en el país requiere de una protección especial del Estado para él y su familia e incluso de psicoterapia.

El hombre ingresó al Programa de Protección de Víctimas y Testigos y ahora dará su versión en la cámara de Gesell, que es una habitación acondicionada con cámaras y micrófonos donde las víctimas y testigos rinden versiones de casos delicados.

Ese 19 de noviembre, desaparecieron Jhonny Gómez, César Mata, Erwin Vivar y Darwin Cañar.

Según la Comisión de la Verdad, Mata llamó a su hermano para decirle que estaba detenido en los interiores de la PJ del Guayas, pero al preguntar sobre su paradero los agentes lo negaron.

Erwin Vivar, en cambio, era tío de una mujer que fue detenida. Ella dijo que ese día se iban a una entrevista de trabajo, cuando fueron interceptados por un vehículo gris y que del interior se bajaron personas con armas. Estas personas les habrían obligado a ingresar a la farmacia.

El cuarto desaparecido fue denunciado hace dos años, cuando sus familiares decidieron hablar. Ellos aseguraron que Darwin Cañar fue a buscar a su hermano que estaba en ese local y que desde ese día no se supo más de él.

Sara Ortiz. Redactora (I)

Seguirán las protestas