El éxito no es una propiedad privada

Difícil fue la situación de los seguidores de Emelec, Liga y otros equipos en la década de los 90.u00a0Para ese tiempo, una corriente de hinchas y periodistas afines al ídolo se dedicaba fanáticamente a exteriorizar que u0093el único equipo capaz de hacer quedar bien al Ecuador afuera es Barcelonau0094.u00a0Según ellos, el éxito del fútbol nacional allende las fronteras era casi una propiedad privada del once canario.u00a0Por eso se dedicaban a minimizar todo aquello que estuviera por debajo de una final de Copa.u00a0De esa manera campañas como la del Bombillo 1995 (semifinalista de la Libertadores eliminado por el campeón Gremio) y del mismo Ballet Azul finalista de la Merconorte 2001, fueron vilipendiadas por la soberbia.u00a0Hoy, un par de lustros más arriba, parece que sobran herederos y legatarios de esa postura ruin.u00a0Con tristeza he escuchado que, para Ecuador, la Libertadores 2012 será un fracaso porque no está Liga.u00a0Sobran parlantes que cierran la temporada con ese vaticinio. Ahora la soberbia cambió de color, pero yo siento la misma pena que cuando los pregoneros vestían de amarillo.u00a0Pena, porque muchos no terminan de entender que el éxito no es propiedad privada de nadie.u00a0Otros artículos de Freddy Álavau00a0Entre la U de Chile y la U CentralAquí unos rayos X de los chunchosLiga es campeón, el Quito tambiénNoventa minutos para salvar el añoAplausos para el Zapatón Klinger20 oros, ese es el número para festejar de verdad