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El Jefe Eres Tú
12 de diciembre de 2016 15:37

Una familia moldea la madera reciclada

Paula Pulido es una de las fundadoras de Yagual. Ella se encarga del diseño de las figuras. Foto: Diego Pallero / ÚN

Paula Pulido es una de las fundadoras de Yagual. Ella se encarga del diseño de las figuras. Foto: Diego Pallero / ÚN

Valeria Heredia

Los carros, los payasos, los trenes y el cóndor son algunos de los productos que se realizan en Yagual, un emprendimiento que se levantó con el empuje de una familia.

Hace dos años, Manuel y Paula Pulido se organizaron para comprar la maquinaria y trabajar con la madera reciclada.

Manuel es el mentalizador de este proyecto, que busca reducir el impacto ambiental. “Nosotros usamos madera seleccionada, es decir que no sea parte de la tala no programada. Es un proceso complejo”.

El emprendimiento arrancó con una inversión de USD 20 000, que se usaron para la adquisición de materiales, el arriendo de un local. “Estamos en un proceso de levantamiento de la empresa para aumentar nuestros productos”.
Los productos de Yagual son para niños de 0 a 12 años; también sirven para decoración de diferentes espacios de la casa.

Paula, la hija de Manuel, se encarga del diseño de los productos.
Desde pequeña dibuja y realiza diseños por lo que cada vez ha mejorado su técnica para hacer los juguetes para niños. “Es un trabajo que incluye creatividad y trabajo arduo”.

Uno de los productos más complicados para diseñar es un rompecabezas del solitario George, la tortuga que se convirtió en el símbolo de las islas Galápagos.
Para Paula, esta figura fue uno de los retos más grandes de su carrera, pero cuenta satisfecha que al final lo logró.

Los precios de los productos oscilan entre los USD 7 y 70; depende de la complejidad de los juguetes.

“El precio lo definimos por los tiempos de producción, material y complejidad”, dice la joven que estudia en Diseño Industrial.

Los juguetes se comercializan en el local que abrieron los Pulido en el sector de San Juan de Cumbayá, parroquia rural de Quito. En este local no solo están sus productos, sino que decidieron acoger a otros artesanos. En el momento, abrieron las puertas a dos personas, que comercializan peluches y dibujos en papel maché.
En los planes de este emprendimiento familiar está abrirse un espacio en el mercado y llegar a más puntos de venta.

Se suma el anhelo de buscar un proveedor que les ayude con un empaque reciclado. “El objetivo es que su producto sea totalmente reciclado”.

Victoria Lema vive en esta parroquia y acostumbra a comprar artesanías de productores. Lo hace porque considera que es importante ayudar a los artesanos.
En su caso compró un tren para su hijo de 6 años. Según ella, es el juguete favorito de su niño.

En estas festividades comprará estas artesanías para su familia.