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El Jefe Eres Tú
9 de marzo de 2020 15:23

Un local con menú variado y asequible

Fredy Sánchez frente al restaurante Piguari, ubicado en las avenidas Real Audiencia y José Amesaba. Foto: Patricio Terán / ÚN

Fredy Sánchez frente al restaurante Piguari, ubicado en las avenidas Real Audiencia y José Amesaba. Foto: Patricio Terán / ÚN

Patricia González

El restaurante Piguari, ubicado en el norte de Quito, es parte fundamental de la historia de la familia Sánchez, proveniente de la Costa.

El primer local Piguari estaba ubicado en las cercanías de la Universidad Central. Lo inauguró Amílcar Sánchez, en sociedad con un familiar, en 1986. En principio, la especialidad era la comida costeña.

Luego de unos años, el restaurante se mudó a la Ciudadela Atahualpa, en el sur de Quito, donde se mantuvo por 10 años. Para entonces el negocio era únicamente administrado por Amílcar y su esposa, Emma Macas. Llegó a tener, paralelamente, otro local en el sur y uno en el norte. Todos eran arrendados.

Finalmente, se les presentó la oportunidad de comprar una casa en la Real Audiencia, en el norte de Quito. Pidieron un crédito, la remodelaron y allí se mudaron a vivir e instalaron el restaurante en la planta baja. Esta sede, la única que mantienen actualmente, fue inaugurada en noviembre del 2006.

Amílcar y Emma se retiraron del negocio en el 2017 y lo dejaron a cargo de su hijo, Fredy Sánchez, un ingeniero en Sistemas que ahora se dedica al negocio familiar. Lo atiende junto a su esposa, Stefanny Sotelo.

El concepto de Piguari ahora es más amplio. Ofrece comida típica ecuatoriana, con una oferta variada de platos: carne con menestras, pollo asado, pescado frito, arroz con camarón, chaulafán, parrilladas, etc.

Además, hay almuerzos entre lunes y viernes, que incluyen sopa, plato fuerte (con dos o tres opciones para escoger) y jugo. También ofrece desayunos: continental, costeño, seco de pollo o de carne. Y para compartir, hay picaditas.

El restaurante abre todos los días, siendo los de mayor afluencia sábados y domingos. Recibe entre 130 y 200 clientes por día.

José Navarrete y su familia almuerzan en Piguari al menos una vez por semana. “Tienen una buena sazón y la atención es muy buena. Los precios son razonables”, comenta este cliente.

La familia Carrión suele almorzar diariamente en el local. “Pedimos el almuerzo del día o los combos. La comida es buena; no es muy condimentada y es fresca. Atienden bien”, señala Patricia Carrión.

Fredy Sánchez, actual administrador, considera que han logrado mantenerse con los años porque conservan el mismo sabor y los precios son convenientes.