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En Las Aulas
3 de julio de 2019 12:39

Yoshili, de 6 años, enseña a hablar el tsa’fiki

Yoshili Calazacón, de seis años, aprende a bailar y a tocar los instrumentos de la nacionalidad tsáchila. Foto: Bolívar Velasco / ÚN

Yoshili Calazacón, de seis años, aprende a bailar y a tocar los instrumentos de la nacionalidad tsáchila. Foto: Bolívar Velasco / ÚN

María Victoria Espinosa

Yoshili Calazacón tiene 6 años y sueña con que todos los niños de Santo Domingo conozcan su idioma nativo, el tsa’fiki.

Hace seis meses, le pidió a su abuelita Albertina Calazacón que le ayudara a armar “un proyecto” para enseñar a los demás su lengua materna.

Albertina Calazacón señala con emoción que se sorprendió de la propuesta y de la terminología que usó su pequeña nieta. Así que decidió ayudarla con lo que pedía con tanta convicción.

¿Cómo harían para enseñar esa lengua a muchas más personas? Ellas decidieron grabar videos semanales y subirlos a Facebook para motivar a las personas que conozcan más de la nacionalidad tsáchila.

Los videos se suben con el hashtag ‘#Hoyaprendemostsakifi’. Cada edición dura menos de 20 segundos. En estos videos aparece Yoshili sonriendo y traduciendo una palabra a su idioma nativo.


En algunos videos incluso da una introducción sobre el objeto al que se refiere. Por ejemplo, ella señala en uno de los 10 videos que estaban disponibles, al menos hasta inicios de esta semana, que la caña guadúa es utilizada por los tsáchilas para construir sus viviendas. Lengua y cultura en una misma intervención.

Eso también motivó a que la familia Calazacón creara una canción en tsa’fiki sobre los animales que hay en la comuna Chigüilpe, de donde son oriundos.

María Calazacón, madre de Yoshili, afirma que su hija se interesa en las tradiciones tsáchilas. En la actualidad, está aprendiendo a entonar el bombo y la marimba, instrumentos musicales típicos de esa nacionalidad indígena. Además, realiza coreografías al son de las canciones nativas que toca su familia, en el centro cultural Tradiantsa.

Sus padres Freddy y María Calazacón señalan que desde que Yoshili estaba en el vientre se le fue inculcando el amor por la cultura tsáchila. De hecho, la pequeña ha sido educada dentro del centro cultural Tradiantsa y eso ha hecho que se familiarice más con los conceptos.

Yoshili es tímida cuando ve las cámaras o grupos grandes de turistas. Pero, luego de unos minutos, entra en confianza y le regala sonrisas a quienes la ven bailar. Para su abuela Albertina, la pequeña Yoshili es la luz de esta familia. Por eso, le colocaron ese nombre, que en español significa Rayito de Sol.

También estudia en una escuela intercultural bilingüe de la comuna Chigüilpe. Ahí sus maestros le han inculcado la importancia de comunicarse en tsa’fiki..