La 15 llegó con olor a llapingacho
Guillermo Almada, el DT de Barcelona, estuvo tranquilo durante los cuatro goles con los que sus pupilos consiguieron la anhelada estrella 15. Al pitazo final del árbitro Juan Carlos Albarracín, todos saltaron a la cancha, pero el ‘yorugua’ se quedó ‘quedito’, apenas abrazó a su asistente y luego se separó del grupo.
Es que para él, la fiesta está en Guayaquil. Lo de ayer, con toda la euforia que sintieron sus jugadores por haber alcanzado el objetivo, apenas fue un abreboca de lo que será la fiestota que organizará la dirigencia en el estadio Monumental.
Por su parte, los futbolistas sí mostraron sus sonrisas de oreja a oreja. Washington Vera, Segundo Castillo y hasta el mismo Damián ‘Kitu’ Díaz celebraron con la hinchada. Fue una alegría tremenda la de esta gente que siempre confió en que el objetivo se podía alcanzar.
La alegría comenzó a los cinco minutos de haber empezado el partido. El ‘yorugua’ Jonatan Álvez, de cabeza, abrió el marcador y el Bellavista empezó a vibrar.
Pero el tanto más celebrado fue el tercero. Matías Oyola, el eterno ‘capi’ del ‘Ídolo’, sacó un remate preciso de tiro libre que puso a la gente a pedir cinco goles.
Los hinchas recordaron las goleadas de esta temporada ante Liga de Quito, Emelec, Deportivo Cuenca y Universidad Católica. Con sus manos mostraban los cinco dedos y alentaban al club.
El Bellavista vivió una verdadera fiesta. No hubo casa llena, pero sí un ambiente de alegría.
Tras el pitazo final, la avenida Bolivariana, que está cerca del estadio Bellavista, se transformó en un carnaval. Los aficionados no dejaron de cantar.
La alegría se trasladó hasta el camerino. La dirigencia contrató un catering para celebrar de forma privada. Instalaron mesas, pusieron música a full volumen y bailar al ritmo de “el aire huele a caramelo”.