Bienvenidas, guaguas cracks
A las 14:30, un avión de KLM tocó tierra en el aeropuerto de Tababela. Dentro, Neisi Dajomes y Tamara Salazar miraban cómo un arco de agua se formaba para que pasara la aeronave. Era un acto de honor, de agradecimiento por lo que han logrado: darle al país la alegría grande en los Juegos Olímpicos.
De pronto, Neisi Dajomes, con su cabello precioso y el lazo que la identifica como reinvindicadora de su pasado y de su raza afroecuatoriana, asomó la cabeza por una de las ventanas. Agitaba una bandera tricolor.
Luego, el turno fue para Tamara Salazar, quien hizo lo mismo: saludar y mover la bandera.
Nunca antes, las dos guaguas cracks, de 23 años, habían tenido una ceremonia así, pero se lo tienen bien merecido. Dajomes ganó el oro olímpico, en la categoría de los 76 kilogramos, mientras que Salazar se llevó la plata, en los 87 kilogramos.
El arco de agua era apenas el inicio de los festejos. Fuera de la pista, dos autos pintados con el amarillo azul y rojo llamaban la atención por su llamativo diseño: había un carro para Neisi y otro para Tamara. Dentro esperaban familiares y amigos de las dos deportistas.
Desde la mañana, desde Pastaza y desde Imbabura llegaron familiares y allegados, gente que ha tenido que ver con los inicios, con las primeras alegrías de las deportistas ganadoras.
Uno de aquellos era el cubano Julio Yaque. ¿Quién es él? Fue el entrenador que persuadió a Tamara para que dejara el atletismo y que se concentrara en las pesas. ¡Vaya consejo! “Estamos preparando una gran fiesta, una caravana para Tamara desde aquí hasta Pusir Grande”, le comentaba a ÚLTIMAS.
Las campeonas fueron trasladadas a un hotel aledaño a la terminal aérea. Se esperaba que a las 17:00, llegase desde Aruba, el entrenador Walter Llerena, el gran mentor de la carrera de la campeona Dajomes.
Después, habrá empezado una caravana que recorrería la Ruta Viva, la Granados, Eloy Alfaro hasta llegar al estadio Atahualpa, donde se iba a prender la fiesta.
Sobraban dirigentes, personal del Ministerio del Deporte, listos para atender a las pesistas y para las fotos de rigor.
Las chicas tuvieron habitaciones para ellas y sus familias para descansar antes de la gran caravana del merecido homenaje.
Del Ministerio recibieron presentes, flores, mimos. Ahora, lo que se busca es que las dos campeonas puedan tener una preparación adecuada para el próximo ciclo olímpico.
Las dos tienen 23 años y un enorme futuro por delante. Habrá tres años para alistarse para los Juegos de París 2024. Con Neisi y con Tamara existen grandes oportunidades de volver a aparecer en los podios olímpicos. Se irá viendo en el camino.
