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Futbolero
18 de diciembre de 2017 09:51

El 'Bombillo', campeón sin despeinarse

El festejo de los jugadores eléctricos en la cancha del Jocay. Ellos festejan con el título de campeones. Foto: Mario Faustos / ÚN

El festejo de los jugadores eléctricos en la cancha del Jocay. Ellos festejan con el título de campeones. Foto: Mario Faustos / ÚN

Redacción Deportes

Desde el 2012, cuando Barcelona SC consiguió la estrella 14, el fútbol ecuatoriano es cosa de los equipos del Guayas: los toreros y Emelec hacen ‘tuya y mía’ ante la mirada impávida de los equipos de AFNA, simples asistentes a la coronación de los dos poderosos adversarios del Puerto.

El año pasado fue de Barcelona y antes fue tiempo del tricampeonato de los eléctricos. Esta temporada consagra nuevamente a los azules, ganadores de largo, de pe a pa en la final ante un empequeñecido Delfín. Los ‘cetáceos’ habían protagonizado un cuento de hadas durante todo el año, pero el torneo ecuatoriano es largo, larguísimo y una definición como la final pone en juego muchas cosas, entre ellas la sapiencia de quienes conforman un equipo.

Emelec es un plantel ducho. En sus filas está un tal Jorge Daniel Guagua, quien tiene 36 años y lleva seis títulos nacionales en sus hombros. Hay gente como Marcos Mondaini, como Pedro Quiñónez, el golero Esteban Dreer y el lateral Óscar Bagüí que saben todos los ‘tejemanejes’ de las finales. Ayer volvieron a demostrarlo con creces en la cancha del Jocay.

El Delfín nunca pudo inquietar a su rival. A su inexperiencia hay que añadirle las ausencias en un plantel que de por sí era reducido. Empezó perdiendo antes de que se inicie el partido con el acto de indisciplina de su capitán Francisco Silva (ver corto superior de la página 11), quien no fue alineado. Tampoco estuvo desde el vamos Carlitos Garcés por lesión.

Sin ellos y con la necesidad de ganar por 2-0 para conseguir el título, el once ‘cetáceo’ se vio desbordado por la responsabilidad. Inquietaba Roberto ‘La Tuka’ Ordóñez, se movía Henry Patta, pero el castillo de naipes se fue abajo con el cabezazo para el 1-0 de Ayrton Preciado, el ex Aucas al que todos querían contratar en enero, pero que solo Emelec pudo.

Era el minuto 44. El tanto fue muy parecido al tercero que marcó el ‘Ballet’ en la final de ida, el pasado miércoles en Guayaquil: una defensa desconcentrada, solo pendiente de los movimientos de Guagua y que liberó a Preciado que vino desde atrás con toda la fuerza para empujar el balón.

El gigante venezolano John Chancellor solo miró cómo el delantero azul se puso delante suyo y venció al arquero Pedro Ortiz.

“Vine al equipo para conseguir cosas grandes, para exigirme. Estoy feliz por lograr mi primera corona”, decía Peeciado desde la cancha del Jocay. Terminó como el goleador de los eléctricos en el torneo con 14 anotaciones en la temporada.
Emelec dosificó en el primer tiempo, invitando a su rival a atacarlo para que queden espacios para sus veloces delanteros.

Así llegó el segundo tanto de los eléctricos, -en el minuto 69- en una transición velocísima en la que Brayan Angulo se dio el lujo de hacerle un sombrero al grandote John Chancellor, quitárselo de encima y definir preciso ante el sufrido golero del Delfín.

El resto del compromiso fue coser y cantar para el ‘Bombillo’. Emelec se proclamó por tercera ocasión en el estadio Jocay (1979 y 1993, las anteriores) y ahora espera rivales para la Libertadores. Es el equipo de la época en el fútbol local. Ahora tiene que demostrar su valía fuera de las fronteras.