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Futbolero
1 de diciembre de 2017 10:39

El ‘capi’ Benalcázar los tiene volando

César Benalcázar conversa con el delantero Carlos Quintero (7) y con el golero Johan Padilla (izquierda). Foto: David Paredes / ÚN

César Benalcázar conversa con el delantero Carlos Quintero (7) y con el golero Johan Padilla (izquierda). Foto: David Paredes / ÚN

David Paredes

César Benalcázar, preparador físico de El Nacional, tuvo que trabajar arduamente durante tres meses para que el cuadro criollo esté papelito para rendir en el campeonato.

El ‘Capi’ hizo evaluaciones en laboratorio y en la cancha y determinó trabajos especializados para los nuevos jugadores de la plantilla. Eso era lo que necesitaban: mano dura, para igualarse al resto del equipo. Así, Benalcázar -tan metodológico y ordenado- puso a Miguel Parrales, Jonathan Borja, Carlos Quintero y a Johan Padilla a camellar horas extra.

Necesitaba que los nuevos talentos de los criollos aumentaran masa muscular, pierdan grasa y que el VO2-Max (la cantidad máxima de oxígeno que se consume al hacer ejercicio) esté en plenitud.

Todo esto lo hizo según una planificación presentada al cuerpo técnico y aprobada por el ‘profe’ Eduardo Favaro. Entre ambos diseñaron un proyecto en el que la prioridad iba a estar enfocada en el aspecto físico.

“El equipo se demoró en estar en plenitud física a nivel competitivo cerca de tres meses. Recién en abril, los jugadores tuvieron niveles de VO2-Max adecuado para la alta competencia”, dice el exmilitar, que en su computadora guarda un registro de todas las estadísticas de los trabajos físicos de sus muchachos.

Durante la temporada, el ‘Capi’ desarrolló una serie de test que le permitieron identificar ciertas características de sus jugadores. Por ejemplo, con pruebas de esfuerzo y trabajos especializados, se detectó que Rinson López, el lateral derecho, era el más explosivo y uno de los que más tolerancia al ácido láctico tiene en la plantilla. Es decir, el quiteño de 27 años es el que más resistencia tiene.

“Rinson es de los más explosivos. Parece que nunca se cansa”, dice el preparador físico criollo. Pero para conseguir esto, tuvo que trabajar durísimo. En la pretemporada del año pasado tuvo la guía adecuada del cuerpo técnico. Además, llegaba al club después de probarse y hacer más entrenamientos que el resto de sus compañeros.

El preparador físico realiza test de velocidad todos los jueves. Ahí saca su cronómetro y mide el tiempo que hacen los muchachos en una distancia corta de 20 metros.

Por ejemplo, Bryan De Jesús hace esa distancia en 1,7 segundos. El goleador de los criollos correría los 100 metros planos en aproximadamente 11 segundos, uno más lento que el velocista esmeraldeño Álex Quiñónez -quien se llevó medalla de oro en los Juegos Bolivarianos.

Según Roberto Garcés, mediocampista del club, los trabajos físicos se han transformado en la base del éxito de los criollos en esta segunda etapa. Además, está dejando papelito a la plantilla para el 2018.

“El ‘Capi’ sabe sacar el 100% de un jugador. Nos pone a hacer ejercicios que siempre nos sirve en los partidos. Es también un motivador en el camerino”, dice el ‘Gato’, que potenció su físico gracias a él.