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Futbolero
3 de junio de 2019 09:55

En la escuelita Méjico se recuerda al niño ‘Richie’

30 niños de El Carmelo estudian en la escuela, entre las 07:00 y las 12:00. Fotos: Diego Pallero / ÚN

30 niños de El Carmelo estudian en la escuela, entre las 07:00 y las 12:00. Fotos: Diego Pallero / ÚN

Álex Puruncajas
(F-Intercultural)

María Yar, de 61 años, está jubilada. La carchense dejó la docencia hace dos años y se radicó en Julio Andrade, la parroquia de Tulcán donde vive Richard Carapaz.

Ahora, ambos se ven muy poco en esa localidad, pero hay un lazo fuerte que los une. La mujer fue su profesora en la Escuela Méjico, cerca del caserío Playa Alta, de la parroquia El Carmelo.

‘Richie’ estudió en la escuela que ahora cuenta con seis aulas. Ahí, 30 pequeños estudian por las mañanas bajo la guía de las profesoras Silvana Usiña e Irene Yépez.

En la escuela hace mucho frío, pero los chiquillos corren con alegría a la hora del recreo. Cuando se les pregunta por Carapaz responden con felicidad. “Quiero ser igual a Richard”, dice Johan, en uno de los momentos de esparcimiento.

Por esos terrenos anduvo ‘Richie’, quien tuvo cuatro profesoras en sus seis años por el centro educativo. María Yar fue una de ellas. Le enseñó desde matemáticas hasta educación física.

Ella lo recuerda como un muchacho muy activo. “Era un niño que siempre le gustaba intervenir, pero muy sencillo y educado”.

Richie’ era un ‘tigre’, sobre todo para la educación física. Su maestra recuerda que en ocasiones les decía a sus estudiantes que corrieran hasta el sector de Minas, a lo que el carchense se oponía.

“Nada, nada. Aquí, todos se me van rápido”, le respondía la mujer. Él cumplía y mostraba mucha velo­cidad. “Desde pequeño mostraba que era muy bueno para el deporte. Les dejaba de largo al resto”, cuenta la profesora.

La carchense María Yar fue profesora de Richard Carapaz en la escuela Méjico.

La carchense María Yar fue profesora de Richard Carapaz en la escuela Méjico.

Tras la escuela, el pedalista fue al Colegio Nacional, en Sucumbíos, donde dio el salto al ciclismo con el entrenador Juan Carlos Rosero, ya fallecido.

Rosero fue el mentor del hombre que triunfó en el Giro de Italia.

Tras la escuela, Richard y la maestra perdieron contacto. Eso hasta que el año pasado se volvieron a encontrar en Julio Andrade.

Hasta allá fue Richard, en una caravana, tras culminar cuarto en el Giro de Italia del 2018.

“Nos vimos y saludamos fraternalmente. En son de broma le dije que se tomara una cervecita por su logro, pero él no aceptó”, contó Yar.

Ella guarda fotos de ese encuentro. Estos últimos días, en cambio, lo observó por la televisión durante sus recorridos por la actual edición del Giro.

“Realmente con lo que ha hecho nos ha puesto en el mapa mundial. Es un orgullo para los carchenses que alguien nos represente en ese nivel”, expresa.

¿Y la escuela? En el centro educativo, las profesoras cuentan que gracias a la gestión de Richard, las autoridades dieron ayuda.

Hace un año se dotó a la escuela de seis computadores, una televisión plasma, juegos para niños. También se arreglaron los techos de las aulas.

“A Richard no lo conozco personalmente, pero gracias a que él habló nos ayudaron en la escuela”, expresa Usiña, quien tiene recelo de hablar frente a una cámara.
Para ella, ver al ecuatoriano por televisión ayuda a que los niños tengan un ejemplo para superarse.

Usiña y Yar se suman a las felicitaciones por su desempeño. Y esperan que el pedalista vuelva a subirse a una caravana que recorra los sectores por donde
se formó.