Toroitich es feliz en la altura
Eran los últimos metros de la competencia femenina y a la keniata Margaret Toroitich le extendieron una flor con la que llegó a la meta. La ganadora de la categoría Élite Mujeres vestía de rosa y agitaba unas coloridas trenzas. Su sonrisa mezclaba la satisfacción por la victoria y la extenuación, tras una prueba que le resultó muy exigente.
Cruzó la alfombra azul de la llegada, cerró los ojos. ¡Al fin lo había logrado! “Lo intenté varias veces. El año pasado fui segunda, pero esta vez me tocó el momento de ganar. Me gusta mucho competir en la Quito-ÚLTIMAS y estoy muy feliz de ser la mejor esta vez”, le cuenta emocionada a este Diario la competidora africana que ahora vive en Panamá, pero que también hace cuartel en Quito.
Llegó a meta y, antes de llegar a la zona de recuperación destinada a los atletas élite, se tambaleó un poco. Después, se puso mejor, se hidrató y quedó lista para su masivo encuentro con los periodistas.
Su presencia en Sudamérica y Centroamérica le da a Toroitich un cierto conocimiento y manejo del español. Tiene algunos ecuatorianismos como referirse a “la Gladys”, para hablar de Gladys Machuacay, su rival más dura en la prueba del domingo, 3 de junio del 2018.
El domingo ‘la Margaret’ y ‘la Gladys’ se ‘sacaron el aire’ a lo largo de los 15 kilómetros de la carrera.
Fue recién en los últimos tramos de la prueba, en donde la africana decidió lanzarse al ataque y dejar sin chances a su rival, que se estrenaba en Quito.
“Yo a la Gladys la conocía porque ella hace pruebas de maratón, de más larga resistencia, al igual que yo. Ya me había ganado en Huancayo”, decía la sonreída Toroitich, una hora después de terminada la carrera. ¿Cuáles fueron las claves para conseguir la victoria? La deportista asegura que el reconocimiento de la pista fue crucial.
El miércoles, 30 de mayo del 2018, Margaret se pegó un viajecito al sur de Quito para hacer el recorrido. Lo hizo en las primeras horas de la mañana. Además, está desde hace dos meses en la capital entrenándose religiosamente todas las mañana en el parque Metropolitano. “Yo practicaba en ese bosque”, señalaba desde la pista del Atahualpa con dirección al citado espacio verde de la capital.
“La verdad que cuando incrementó la velocidad no pude sostener su ritmo y me ganó. Sin embargo, estoy muy satisfecha porque es mi primera vez aquí”, dijo por su parte Machuacay.
La gente de World Vision no creía en nadie tras el triunfo de su atleta Toroitich. Ella está feliz por representar ese proyecto “porque ayudan a niños. Y los niños son lo primero”.
