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Futbolero
31 de julio de 2017 07:54

En Manta se dieron cita los verdaderos Ironman

1 600  atletas participaron ayer en la tercera edición del Ironman 70.3, de Manta. Foto: API

1 600 atletas participaron ayer en la tercera edición del Ironman 70.3, de Manta. Foto: API

Mauricio Bayas
Desde Manta

Cada vez que Marcelo Toscano manda un mensaje al celular le gusta poner las letras: DLB (Dios le Bendiga). Contagia optimismo y ganas de vivir. Nació en Guaranda, pero se considera un chagra quiteño más. Él fue uno de los participantes en la tercera edición del Ironman 70.3, ayer en Manta.

Toscano es un ejemplo de motivación. Ayer, por segundo año consecutivo, salió desde la meta sin su prótesis izquierda y solo apoyado en muletas. Ver a Toscano entrando y saliendo del mar sin sus extremidades arrancó aplausos del público. Pero escucharlo conmueve más.

Dice que perdió parte de su pierna izquierda en un accidente de tránsito en el 2006 y hasta fue operado del hombro. Eso no le impidió vincularse al deporte y participar en el Ironman en la categoría de postas. Él se entrena en la natación estilo libre. “Ha sido mi reto. Trato de llevar un mensaje e incursioné en las charlas de motivación”.

Si hay alguien que puede llevar un mensaje positivo a la gente ese es Toscano, de 33 años. Él es padre de dos hijos, pero la vida también le puso una dura prueba cuando perdió a un hijo al nacer, hace 15 años. Toscano, ayer, en Manta volvió a ser ovacionado por la gente.

1 600  atletas participaron ayer en la tercera edición del Ironman 70.3, de Manta. Foto: API

1 600 atletas participaron ayer en la tercera edición del Ironman 70.3, de Manta. Foto: API

Historias como la de ‘Don Marce’ y la de Gabriela Espinosa, una joven con discapacidad, son llamativas en una competencia exigente que incluye natación, ciclismo (90 kilómetro) y atletismo (21,1 km).

El paso de la ‘Gaby’ sacudió las emociones de los manabitas. Ella, con la ayuda de su hermano Roberto, hizo todas las disciplinas.

¿Cómo entró en el agua? Se movió en un bote como los de kayac. Roberto nadó y empujó el bote.

La diseñadora y pintora tuvo problemas desde su nacimiento y clínicamente estuvo muerta durante minutos, pero volvió a la vida para luchar.

Y lo está consiguiendo. La quiteña de 27 años, quien sufrió parálisis por la falta de oxígeno en el cerebro, demostró que cuando hay ganas no hay barreras. Acompañada de su familia y por los panas del grupo FulAcolite demostraron el verdadero Sí Se puede.