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Futbolero
17 de diciembre de 2018 11:19

Un DT sin un pelo de tonto

Pablo Repetto (I) y Óscar Quagliata (asistente técnico) y su primera copa. Foto: Patricio Terán / ÚN

Pablo Repetto (I) y Óscar Quagliata (asistente técnico) y su primera copa. Foto: Patricio Terán / ÚN

Pablo Campos
(D)

La pregunta que más respondió Pablo Repetto a lo largo de la temporada fue: ¿por qué su equipo no juega bonito?

Con paciencia, el entrenador tuvo que comerse las críticas. Abierto al diálogo, conciliador y hasta mediático, Repetto se dio tiempo para abundar en detalles respecto de su estilo de juego y como Liga, pese a no ser vistoso, se convirtió en un equipo contundente.

“Este año, cuando armé el equipo, me criticaron todo a inicio de la temporada: que por qué traigo a un arquero extranjero (Adrián Gabbarini), que pasaron muchos años sin un arquero extranjero; que por qué traigo al ‘Chiqui’ (Guerrero), al ‘Chavo’ (Cruz), que por qué siguen jugando los Julio. Por suerte, el tiempo me dio la razón y la directiva siempre confió en mi trabajo”, decía orgulloso el entrenador en la rueda de prensa del estadio Rodrigo Paz Delgado.

Repetto celebra su primer título como entrenador. Antes de su primera coronación como DT tuvo el privilegio de avanzar a la final de la Libertadores, en el 2016, con los rayados del Independiente del Valle.

“Era un entrenador que nosotros queríamos tener desde hace tiempo. Es trabajador, serio y honesto. Vino a Liga y aplicó bien su idea de juego”, sostiene Rodrigo Paz, el patriarca del cuadro universitario.

Repetto construyó un equipo a su imagen y semejanza para esta temporada. Llegó a Liga a mediados del año pasado, para intentar componer el daño realizado por Gustavo Munúa. Liga coqueteó con el descenso la temporada pasada y para esta, el ‘Pelado’ decidió darle orden al equipo como medida principal.

Los equipos de Pablito se ordenan de atrás para adelante. Repetto trajo a un viejo conocido: Hernán Pellerano, quien llegó lesionado al equipo. El Olimpia de Paraguay, su exequipo, desistió de seguir con su contrato, tras enterarse que se había golpeado una vértebra en las vacaciones y estaría fuera de las canchas por tres meses.

Repetto se la jugó y lo trajo lesionado. ‘Pelle’ respondió la confianza, primero como un suplente que habla bien y mucho en el camerino. Luego, en cancha como comandante del equipo.

Pero además de Pellerano, llegó Gabbarini, arquero y líder del equipo, decisivo en tramos claves de la campaña. Del Guayaquil City vino el ‘Chavo’ Cruz, que cumplió una campaña excelente.

Una vez que fortaleció la defensa, el estratega decidió confiar las labores de ataque a los veloces hermanos Julio y cuando el goleador Juan Anangonó quiso irse, él lo retuvo. Al final, el tiempo le dio la razón y ahora Liga festeja.