¡Salud campeones!
Gerardo San Martín, entrenador del Mejía, dice que no sabe de tácticas y que no tiene una fórmula para salir campeón. Sin embargo, ayer 27 de abril del 2017 su colegio se quedó con el título de la Sub 18 por segundo año consecutivo bajo su dirección técnica.
La gran final volvió al Atahualpa y el ‘Patrón’ se quedó con ella. En un partidazo derrotó 2-0 al Amazonas, que había esperado 40 años para volver a jugar una final de este torneo.
Antes del pitazo inicial, los guambras del Amazonas bromeaban. Decían que si daban la vuelta olímpica, las autoridades de su ‘cole’ les hacían pasar el año sin dar las pruebas. Ahora, a estudiar nomás.
Los guambras del Mejía corrieron como locos durante el primer tiempo. Se sacaron el aire rematando al arco del golero José Maldonado y esquivando defensas rivales hasta llegar con el balón a la línea de fondo.
Recién al minuto 32 todo el esfuerzo tuvo su premio. Ariel Díaz sacó un centro desde el costado izquierdo para que Jefferson Cunduri abriera el marcador con una palomita. Se lanzó como si fuera Superman y marcó el primero de su doblete.
“Antes del partido me propuse marcar al menos un gol en la final. Gracias a Dios se pudo lograr. La palomita fue una hazaña mía”, dijo el goleador durante las celebraciones.
El segundo tanto llegó al minuto 81. De puro vivo aprovechó un error de la defensa. Robó el balón cerca del medio campo y sacó un remate cruzado que dejó mal ‘parqueado’ al arquero del ‘Patriarca’.
Con ese gol cerró el partido y acabó su ciclo en el equipo colegial. Cunduri tiene 18 años. Por eso la próxima temporada le tocará ver y apoyar a su ‘cole’ desde las gradas.
En el fútbol femenino el partido fue parejito. Las chicas del Gonzalo Ruales se proclamaron bicampeonas tras vencer 2-1 al Fernández Madrid.
Las peladas del colegio municipal empezaron ganando el cotejo. Un error de la golera Camila Cevallos le permitió a Alisson Torres marcar el primero.
En el segundo tiempo llegó la respuesta del colegio de Conocoto. Las guambritas del Gozalo Ruales se aprovecharon del desgaste físico de sus rivales y las arrinconaron en su área.
Karen Loachamín y Nicol Arroyo fueron las encargadas de anotar para el equipo que al final se coronó campeón, a año seguido.
Arroyo se adueñó de las jugadas de pelota parada y marcó el 1-1 desde el punto penal. Esto motivó a sus compañeras, quienes no dejaron de atacar.
El tanto del 2-1 lo hizo Loachamín. Se llevó de la defensa y sacó un remate para ganar el título.
