Baños maltrechos en El Trébol volaron
Era nido de ratas y hasta guarida de ladrones. Por eso mismo, los usuarios de El Trébol pidieron, una y otra vez, que derrocaran aquella estructura que sirvió como baterías sanitarias. Pero, naranjas.
Luego hasta el Luchito Trancón movió sus influencias entre sus amigos del Municipio, y nada con poner solución a ese sitio que no solo afeaba al intercambiador de tráfico sino que era un peligro para la integridad física y hasta de salud de aquellas personas que osaban pasar por ahí.
Hace unos días, esos pedidos surtieron efecto y al fin esa fea estructura fue derrocada. La mañana de este 28 de agosto del 2018, en el sitio solo habían algunos restos de material de construcción y una cuadrilla de obreros que trabajaban en “ajardinar” el sitio.
El trabajo de derrocar esa inhabilitada batería sanitaria es un alivio para peatones y comerciantes del sitio. Alejandra Nieto, una joven que trabaja en el sector de la Villa Flora, cuenta que todos los días tiene que pasar por ahí porque su casa está ubicada en el barrio Orquídeas, a unos 300 metros de El Trébol. Y siempre caminaba con el Jesús en la boca por esos baños-guaridas.
Es que en esos servicios higiénicos abandonados, indica, se ocultaban arranchadores. También había indigentes. Y de yapa: era un basurero y el olor, nauseabundo.
Los comerciantes que, sobre todo en la tarde y noche, abundan en la zona también manifiestan su alivio. Eduardo Llugsha, vendedor de caramelos, dice que en ese sitio, hace muchos años, era una especie de puesto de golosinas y al lado el servicio higiénico para los pasajeros de una posible parada de buses. Pero, poco a poco, el sitio se quedó vacío y fue usado para otros “menesteres”. Eso hizo que ese lado de El Trébol sea visto con recelo.
Anabel Vintimilla, administradora de la Zona Centro, cuenta que tras los reclamos de la ciudadanía decidieron derrocar esa estructurara. Aquello forma parte del programa de rehabilitación de 21 baterías sanitarias del Centro, a propósito del aniversario de los 40 años de la declaratoria de Quito como Patrimonio de la Humanidad.
En el lugar, explica la funcionaria, se adecuará jardineras y se recuperará el espacio. Y para ello, justo hoy, una cuadrilla de 14 hombres, del área de La Carolina, se empleaba a fondo para sacar las hierbas de todo el sitio.
No se plantará nada aún porque Quito soporta un sol de justicia, así que solo se adecentará el área.
